Petrobras instaló una Comisión Interna de Investigación para averiguar la denuncia en la época que surgió, pero no consiguió comprobar ilegalidades. Ahora, en entrevista para justificar el aplazamiento de la divulgación del balance contable de la empresa, Graça Foster reveló que, tras el término de las investigaciones internas se encontró con una prueba irrefutable del soborno.
“La presidenta recibió una llamada y una carta en que la SBM decía que recibió información de la Fiscalía holandesa sobre depósitos en cuentas en Suiza. De inmediato, eso es una gran prueba. Es la propia empresa diciendo que tiene esa información [del pago ilícito]”, dijo el director de Explotación y Producción de Petrobras, José Formigli.
Basado en esas “pruebas irrefutables de no conformidad”, las dos compañías no celebran más contratos entre ellas, a pesar del desempeño de la SBM, considerado excepcional por la propia Graça Foster. “Inmediatamente le informamos a la SBM que ella no participaría de ninguna licitación con nosotros mientras no fuesen identificados los nombres de las personas que dejaron sobornarse”, subrayó. Los ocho contratos que ya están en curso, sin embargo, no se suspenderán, aclaró.
El director de Ingeniería, Tecnología y Materiales de Petrobras, José Antonio Figueiredo, agregó que, si se comprueban las denuncias de “no conformidad”, la empresa contratada puede ser suspendida de nuevas licitaciones por un período entre seis meses y dos años. “Eso puede ocurrir por malo desempeño o postura comercial inadecuada”, agregó.
Uno de los ejecutivos investigados por la Policía Federal en la Operación Autolavado, que desvendó un esquema de corrupción en Petrobras, confesó a la Fiscalía que había un “club” de empresas contratistas para ganar las licitaciones de la petrolera brasileña. Al declarar, Augusto Ribeiro de Mendonça Neto, director de la empresa Toyo Setal, dijo que pagó entre US$ 19 millones y 23 millones en sobornos al exdirector de Servicios de Petrobras, Renato Duque.
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