Como resultado de la decisión, se da por concluido el proceso administrativo de responsabilidad contra Skanska Brasil, derivado de la Operación Autolavado, que investiga una trama de corrupción y de desvíos de fondos en Petrobras. De acuerdo con un comunicado difundido por el ministerio, la acusación contra Skanska se basó en dos irregularidades contempladas en la ley federal: la colusión entre empresas y el pago de sobornos.
“No cabe duda que Skanska pactaba sus acciones con sus competidores para reducir la competitividad en los procesos licitatorios. La constructora acordaba previamente con sus competidores que prestaban servicios a Petrobras las subastas que cada una debería ganar y quien cubriría sus propuestas para generar una aparente legitimidad”, dice la nota del ministerio.
Sobornos
Según la nota, el proceso también permitió demostrar que la constructora pagó sobornos por US$ 890 mil a agentes públicos con miras a firmar un contrato de más de US$ 384,4 millones con Petrobras para la ampliación del Terminal de Cabiúnas, para la recepción y almacenamiento del petróleo originado de la cuenca de Campos, en Río de Janeiro.
El ministerio afirma que la constructora efectuó dicha operación por intermedio de Energex, empresa fantasma con la cual firmó un contracto ficticio para encubrir el pago de sobornos al exdirector de Petrobras, Renato Duque. Las irregularidades se verificaron entre 2003 y 2012.
Agencia Brasil
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