Española de nacimiento desde joven sintió que su absoluta lealtad era para la Unión Soviética. Profesional, eficiente, absolutamente comprometida, fue ocho veces condecorada allí. En Moscú está su tumba donde se señala su grado de coronel y el nombre en clave que ella eligió: Patria.
El libro de Raúl Vallarino, ‘Mi nombre es Patria’, de enorme éxito en España y México, revela la apasionante historia real de la espía española África de las Heras, que desde Uruguay en los años de la guerra fría, dirigió el espionaje soviético en América Latina.
Fue infiltrada en el entorno de León Trotsky en México, trabajó en Francia en apoyo de la Resistencia durante la Segunda Guerra Mundial; fue paracaidista y operadora de radio detrás de las fuerzas nazis en Ucrania, ejecutó a enemigos de la URSS. Se instaló en 1948 en Montevideo, haciéndose pasar como modista de alta costura y dueña de una casa de antigüedades.
Cuando tuvo que matar a un enemigo, no vaciló en hacerlo. Su amor por por la URSS, queda reflejado en una frase de reconocimiento: “Mi patria es la Unión Soviética” y eso fue lo que dijo al morir
Fue condecorada ocho veces por los servicios de espionaje del KGB y recibió el grado de coronel por sus servicios a la Unión Soviética.
Cada espía de la URSS que llegaba a instalarse por orden del Kremlin en América, debía pasar por Uruguay a recibir instrucciones de la agente española.
Sus últimos años estuvieron dedicados a ser instructora de espías del KGB.
Murió en Moscú a los 87 años, el 8 de marzo de 1988, Día Internacional de la Mujer.
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