Jorge Larrañaga y un tren que ya no se detiene

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Jorge Larrañaga (Foto ICN Diario)

Por Karina Caputi.-

Se acercan tiempos de definiciones, y las internas del año entrante en Uruguay acaparan la atención de periodistas, politólogos y observadores diversos, que advierten en esta instancia electoral una buena zafra de análisis y conjeturas.

Como en cada ocasión, son los nacionalistas quienes llevan la delantera en materia de atención, dado que, tal parece estar impregnado en su esencia, ofrecen la puja más candente y menos predecible.

Sin embargo, un detalle descoloca a operadores de cualquier rango y experiencia; uno de los protagonistas naturales parece haberse desmarcado hace ya largo tiempo del tradicional manejo interno partidario, de la sabida ingeniería de acuerdos basada en la estrategia que aún mantiene, como señal de ajuste, el resto de sus correligionarios; y así campea a su propio ritmo caminos de la patria.

De apariencia sordo a las eventuales críticas, desde dentro o fuera de filas Saravistas, Jorge Larrañaga se despegó de los ámbitos estrictamente partidarios y siembra codo a codo con la gente desde el llano, una especie de alianza ciudadana dentro de su Alianza Nacional.

Aunque sin descuidar los protocolos de sana convivencia interna a los cuales se ajusta, ceñido al respeto que le merecen sus compañeros de divisa, el por dos veces intendente sanducero y legislador consecuente, desequilibró, sin proponérselo, la cómoda rutina entre sus pares y abordó un tren que acopla cada día vagones de compatriotas con un único destino, claro y contundente; recuperar la paz en una sociedad sumida en el dolor y el miedo.

Quizás pensando encontrarlo en la siguiente estación, tal vez envueltos en sus propios liderazgos, el resto de los aspirantes nacionalistas se ven de pronto sorprendidos por la holgura con la cual Jorge Larrañaga, se adelantó varios carriles en un tren que ya no tiene previsto detenerse.

Es en medio de este escenario que surgen con celeridad reuniones programáticas a las que asiste cumpliendo formas, pero de las cuales se regresa presuroso a sus vías trazadas.

Es en torno a este tiempo que Lacalle Pou y su sector Todos sugiere a la Presidente de los blancos, Beatriz Argimón (del propio riñón herrerista) una jornada de diálogo y ajuste para marcar un mismo ritmo.

Es así que se aceleran los tiempos de Verónica Alonso, quien hasta ahora sedujo con la eventualidad de su pre candidatura y hoy se ve obligada a oficializar de modo urgente.

Es también frente a este panorama que el grupo de intendentes, quienes amagaron casi un año con similares intenciones, debe precipitarse hacia la capital del país y formalizar ante la Corte Electoral una agrupación por largo tiempo postergada.

Mientras tanto, a lo lejos, apenas se divisa el humo de la locomotora aliancista, ajena a estas urgencias electorales; transitando cómoda, confiada y sin forzar un solo embalaje en este camino de proximidad con ciudades, villas y poblados, donde la angustia compartida de vecinos los acerca a vagones cargados de abrazos esperanzadores, tal si se tratara de una estirpe sobreviviente.

“El tiempo de los políticos no es el tiempo de la gente” dijo cierta vez el conductor de este tren…algunos supieron interpretar sus palabras, otros quedaron postergados en el intento”