La lengua guaraní, orgullo del Paraguay

Paraguay es un país único en el que la gran mayoría de los ciudadanos puede comunicarse en una lengua indígena a todos los niveles porque, además de ser de uso extendido, esa lengua es oficial junto con el español, y tiene el mismo tratamiento a efectos legales.

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Capital del Paraguay, Asunción. Foto: Secretaría de Turismo del Paraguay.

Pero no siempre fue así. El guaraní fue una lengua discriminada y sus hablantes sufrieron acoso y agresiones durante siglos. La última etapa de persecución e intento de sofocar su uso fueron los 35 años de dictadura de Alfredo Stroessner, que terminó en 1989.

Fue entonces cuando el guaraní empezó una carrera de reivindicación que culminó con su proclamación como una de las dos lenguas oficiales de Paraguay en la Constitución de 1992. Además, esta dedica su artículo 77 a “la enseñanza en la lengua materna”. Precisamente, las Naciones Unidas están celebrando este 2 de febrero el Día Internacional de la Lengua Materna, que este año se enmarca en la conmemoración del Año Internacional de las Lenguas Indígenas.

Teresa Medina es una diseñadora gráfica paraguaya que trabajó en la ONU. Originaria de Concepción, una ciudad localizada poco más de 200 kilómetros al norte de Asunción, Teresa creció escuchando el guaraní.

En la época en que lo aprendí, el guaraní estaba prácticamente prohibido

“Mis padres tenían un negocio y mi padre trabajaba con los campesinos. Ellos venían a comprar a casa. Ahí yo escuchaba a la gente hablar y ahí fue donde aprendí guaraní. No sé escribirlo, solamente hablarlo. La mayoría de la gente en Concepción habla guaraní. Cosa que no ocurre en la capital. Pero en la época en que yo lo aprendí, el guaraní estaba prácticamente prohibido”, rememora.

Menospreciado y prohibido

Teresa recuerda el menosprecio que había por el guaraní antes de que se convirtiera en idioma oficial. Además de que no se enseñaba en la escuela, muchas familias no querían que sus hijos lo aprendieran pese a que a menudo era la lengua materna de los padres.

“A una persona que hablaba guaraní, se le decía que era una guaranga y algunos padres no querían que a sus hijos se les considerara guarangos”, dice.

En algunas casas estaba terminantemente prohibido su uso y en otras, como ocurría en la de Teresa, se hablaba poco y la comunicación familiar diaria era en español.

Pero los niños que lo tenían prohibido se las arreglaban para hablar entre ellos esa lengua indígena que les gustaba sin saber que así la protegían y evitaban que dejara de usarse.

Supervivencia del idioma

 La ministra de la Secretaría de Políticas Lingüísticas de Paraguay, Ladislaa Alcaraz, atribuye la supervivencia del guaraní a la transmisión de madres a hijos y a la perseverancia de los hablantes, que se negaron a abandonar esa lengua heredada del pueblo indígena del mismo nombre.

En Paraguay, un 90% de la población no indígena habla guaraní, lo que lo distingue del resto de los países latinoamericanos, donde las lenguas originarias sólo son habladas en las comunidades indígenas.

“La mujer indígena guaraní ha transmitido la lengua a los niños. Esta es una de las causas de supervivencia del guaraní en Paraguay, y la lealtad de los hablantes, que la siguieron hablando a pesar de muchas situaciones de persecución, de prohibición, de imposición de una lengua europea. “De acuerdo con la ministra Alcaraz, en el caso paraguayo, la población que pasó por un proceso de mestizaje dio origen a una nación bilingüe desde el inicio, cuando los guaraníes empezaron a mezclarse con los conquistadores españoles.

La mujer indígena guaraní ha transmitido la lengua a los niños

“No es suficiente contar con el marco legal adecuado para que la lengua, efectivamente sea oficial”, afirma Alcaraz. Pero el reconocimiento de idioma oficial no ha logrado aún que el guaraní se coloque al mismo nivel del español en todos los ámbitos y en la actualidad se trabaja arduamente para que en el 2021 ambas lenguas sean paritarias en la administración pública y en los tres poderes del Estado.

Presencia escrita

El guaraní es de uso normal en la oralidad, pero no tiene una presencia escrita firme, por ejemplo, los documentos oficiales todavía no están en guaraní.

Liderado por la Secretaría de Políticas Lingüísticas, Paraguay está empezando ese proceso y ya cuenta con algunos decretos presidenciales, resoluciones y formularios en ambos idiomas, “pero todavía estamos en la fase inicial del uso escrito”, recalca la ministra.

“Desde el año 2021 podrá ser exigible el uso escrito de la lengua guaraní. Hoy es audible en todos los espacios, en todos los estratos sociales, pero no es visible.”

Sin embargo, la tarea no es fácil.

“Es un proceso largo, lento, porque también implica la transformación cultural de concebir y creer los propios hablantes que esta lengua no es solamente para el uso coloquial, sino que tiene que trascender al uso formal de la administración pública, y ése es el proceso más lento.”

Para estandarizar el uso formal del guaraní, los esfuerzos del Estado paraguayo se han centrado en el sector educativo.

“El programa de educación de Paraguay es bilingüe guaraní-español. Desde los primeros años de escolarización hasta la educación media es de uso obligatorio. Lo que todavía no alcanzamos es tener una carrera universitaria en guaraní. Sin embargo, estamos hasta la educación superior con presencia de guaraní en la malla curricular.”

Prejuicios e identidad

 La ministra Alcaraz indica que ha sido así desde el principio. La lucha ha sido ardua y continúa hasta el día de hoy porque desafortunadamente, después de más de 25 años de ser oficial, aún hay rescoldos de una percepción ambivalente y prejuiciosa con respecto al uso del guaraní.

“La oficialización de la lengua guaraní tiene que ver con un compromiso con nuestra historia, con nuestra identidad. Siempre hubo la celebración de una conquista y, por otro lado, el sector minoritario, que puede corresponder al 7% que no usa el guaraní, que reaccionaba asociando la lengua con el retraso, la falta de desarrollo. Siempre nos han acompañado estas dos actitudes. Hay resistencia y lucha por el guaraní.”

La defensa y reivindicación del guaraní, no obstante, va venciendo la resistencia y actualmente se ha convertido en una lengua utilizada por los políticos, que ya no temen hablar en actos oficiales y utilizarlo en sus campañas como candidatos a cargos públicos.

La oficialización del guaraní es un compromiso con nuestra historia, con nuestra identidad

La Secretaría de Políticas Lingüísticas basa su trabajo en una visión humanista: “valoramos esta lengua porque hay hablantes que viven en ella y esa población tiene derechos lingüísticos”, sostiene la responsable de esa dependencia.

Teresa Medina concuerda en que la percepción negativa del guaraní está cambiando, especialmente entre los jóvenes, que ya aprenden en la escuela a hablarla y escribirla correctamente.

Según la ministra Alcaraz, la lengua atraviesa todos los estratos sociales y hay un cambio desde su inclusión en el ámbito educativo, además de que ya está presente en todos los servicios públicos. “Las autoridades se expresan en guaraní sin problema”.

Sin embargo, la discriminación hacia los hablantes de la lengua persiste en algunos grupos de población, que siguen estigmatizando el guaraní. Al guaraníhablante se le asocia con el atraso “e incluso se le achaca a la lengua la pobreza, la ignorancia”, lamenta Alcaraz.

Estas actitudes han hecho que todavía hoy algunos paraguayos cuya lengua materna es el guaraní no les enseñen el idioma a sus hijos, pensando que esto les permitirá aspirar a un futuro mejor.

Para revertir esa idea equivocada, el gobierno paraguayo desde la Secretaría de Política Lingüísticas también impulsa el uso del guaraní en los medios de comunicación estatales, sobre todo en la radio, medio al que considera un “idóneo” para difundir una imagen positiva de la lengua y promover su uso.

Orgullo

Esa promoción tiene que ver con la conciencia de la identidad, el reconocimiento de la utilidad y el orgullo de hablar una lengua originaria.

Me siento muy orgullosa de hablar el idioma de los indios

Y se está logrando, poco a poco. Teresa Medina considera que la percepción negativa del guaraní está cambiando y que es motivo de orgullo para muchos paraguayos.

“Yo por lo menos, me siento orgullosa de hablar el guaraní porque me puedo comunicar con la gente del campo, voy al mercado y puedo hablar con la gente. Hay algunos que consideran todavía que no sirve para nada, pero no, es un orgullo tener como idioma oficial el idioma de los indios y yo particularmente me siento muy orgullosa de hablar el idioma de los indios.”

Fuente: ONU