La presidenta de Brasil Dilma Rousseff cargó contra los países ricos, acusándolos de crear incertidumbre en el mercado global y como consecuencia la crisis financiera que afecta al mundo.
“Nos preocupa ese tsunami monetario” provocado por “los países desarrollados”, ya que efectúan medidas que inundan de dinero los mercados, en desmedro de las monedas locales, acusó la mandataria brasileña en un discurso ante empresarios y sindicatos.
Ante esto Rousseff criticó la que tacha de “guerra cambiaria”, donde la moneda del país suramericano se ha valorizado rápidamente, ya que ha ganado más de 8 por ciento en lo que va de año sobre el dólar, trayendo como consecuencia, menor competitividad de los productos brasileños en el mercado internacional.
En la misma línea Rousseff dijo que su gobierno seguirá luchando, por impedir que las medidas de los países desarrollados para detener la recesión, influyan de forma negativa sobre los países emergentes.
Continuare “impidiendo que los métodos de salida de la crisis de los países desarrollados impliquen la canibalización de los mercados de los países emergentes”, aseguró la mandataria.
Por su parte el ministro de Hacienda de Brasil, Guido Mantega, dijo que ante esta situación, el gobierno de Brasil, se defenderá con medidas a manera de evitar la “guerra cambiaria (…) disminuye nuestra competitividad, las exportaciones son más caras y los productos importados más baratos”.