El canciller argentino, Héctor Timerman, señaló que “Argentina y los países en desarrollo son perjudicados por altísimas restricciones comerciales”.
En una parte de su intervención en la Reunión Anual del Consejo Ministerial de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), Timerman expresó:
“Desafortunadamente, en lugar de avanzar en materia agrícola y en el desmantelamiento de las formas tradicionales de proteccionismo, la Ronda de negociaciones de Doha ha llegado a un punto muerto debido principalmente a la falta de flexibilidad de los países desarrollados. De hecho, el sistema se debilita cada vez más a raíz de la proliferación de nuevas barreras comerciales supuestamente justificadas en razones sanitarias y fitosanitarias, en la protección del medio ambiente, en el bienestar animal, los estándares privados y los derechos de los consumidores, por mencionar solo algunos.
Asimismo, la crisis económica global está profundizando los mencionados desequilibrios en el sistema de comercio multilateral. Los países en desarrollo están siendo sujetos a presiones injustificadas para que revisen
las legítimas políticas comerciales implementadas respetando sus obligaciones multilaterales. Lamentablemente, esta crítica se niega a reconocer la extraordinaria contribución al crecimiento global y a la demanda agregada que las economías emergentes están desplegando en este difícil escenario internacional. La Argentina ha venido haciendo un importante aporte relativo para mantener el crecimiento económico global, siendo el miembro del G-20 con el más alto aumento en sus importaciones el año pasado y con uno de los mayores grados de apertura a las inversiones extranjeras en el mundo. En efecto, según el Índice de Regulaciones Restrictivas a la Inversión Extranjera Directa correspondiente al año 2012, que elabora la OECD, Argentina ocupa el puesto 11 de las naciones más abiertas a la inversión extranjera, de un total de 55 países relevados por la OCDE, y es el segundo país más abierto del G20 y de América Latina”.