La economía española mantuvo en el primer trimestre de 2012 el ritmo de caída y se contrajo un 0,3% respecto al trimestre previo. Según los resultados de la Contabilidad Nacional Trimestral (CNTR), publicados por el INE, el PIB en volumen, corregido de calendario y estacionalidad, registró en el primer trimestre una tasa intertrimestral del -0,3%, idéntica a la del trimestre previo.
En términos interanuales, el PIB disminuyó un 0,4% después de siete trimestres de avances consecutivos (0,3% en el cuarto trimestre de 2011). El crecimiento de enero a marzo en la zona euro fue nulo, tanto en términos interanuales como intertrimestrales.
Estos resultados están en línea con las previsiones macroeconómicas aprobadas por el Gobierno el pasado mes de abril y son compatibles con el Objetivo de Estabilidad para el periodo 2012-2015, que prevé un descenso del PIB para este año del 1,7%.
La demanda externa neta continuó evolucionando positivamente, con una aportación de 2,8 puntos porcentuales a la tasa interanual del PIB en el primer trimestre, cuatro décimas menos que en el trimestre precedente. Por el contrario, la demanda nacional siguió lastrando el crecimiento, restando 3,2 puntos a la variación interanual del producto, tres décimas más que en el cuarto trimestre del pasado ejercicio.
La menor aportación de la demanda externa neta al crecimiento fue consecuencia de la desaceleración de las exportaciones, que aumentaron un 2,2%, tres puntos menos que en el cuarto trimestre de 2011, mientras que las importaciones disminuyeron un 7,2% interanual, 1,3 puntos más que en el trimestre previo. En términos intertrimestrales, tanto las importaciones como las exportaciones moderaron la intensidad de caída, más de cinco puntos y siete décimas, respectivamente, hasta anotar tasas del -1,3% y -0,9%.
La necesidad de financiación exterior de la economía española se redujo en 2.102 millones de euros respecto al primer trimestre de 2011, lo que supone un descenso del 13%.
Todos los componentes de la demanda nacional suavizaron el ritmo de descenso intertrimestral en los tres primeros meses de 2012. Así, el gasto en consumo final de hogares se estabilizó, tras el retroceso del 1% del trimestre previo. La tasa de variación del consumo de las Administraciones Públicas se situó en el -0,3%, ocho décimas superior a la del trimestre anterior. Por su parte, la formación bruta de capital fijo redujo 1,7 puntos su ritmo de caída intertrimestral, hasta el 2,6%. Este menor debilitamiento fue debido tanto a la inversión en equipo como a la inversión en construcción.
Por ramas de actividad, sólo el sector primario registró una tasa intertrimestral positiva en el primer trimestre, del 1,9%. El resto de sectores anotó variaciones negativas, del -3,1% en el caso de la construcción y del -0,4% en la industria y en los servicios.
El ritmo de destrucción de empleo se moderó tres décimas en términos intertrimestrales, hasta el -1,3%. En consecuencia, la productividad por ocupado se desaceleró también tres décimas, hasta el 1%. Como la remuneración por asalariado pasó de caer un 0,1% en el cuarto trimestre de 2011 a aumentar un 0,5% intertrimestral en el primer trimestre de este año, se produjo una desaceleración en la caída de los costes laborales unitarios, hasta el -0,5%, casi un punto menos que en el trimestre anterior.
Desde una perspectiva de medio plazo, los datos del primer trimestre confirman la prolongación del proceso de corrección de los desequilibrios macroeconómicos de la economía española. Por un lado, continuó reduciéndose la necesidad de financiación externa (0,8 p.p. respecto al primer trimestre de 2011) y la contribución de la demanda externa al crecimiento siguió siendo muy importante, si bien ligeramente inferior a la del trimestre pasado debido al estancamiento transitorio de la zona euro. Por otro lado, la continuidad en el retroceso del gasto privado es coherente con nuevos descensos en sus indicadores de endeudamiento. Por lo demás, el descenso de los costes laborales unitarios se mantuvo en términos similares a los del último trimestre, contribuyendo así a las ganancias tendenciales de competitividad que viene experimentando la economía española.
Adoptando ahora una perspectiva de corto plazo, también cabe valorar positivamente la mayor moderación en la destrucción de empleo (una vez corregida de factores estacionales), así como la caída más moderada de la demanda en tasa intertrimestrales. Estos factores apuntan a una progresiva suavización del bache cíclico que atraviesa la economía española desde la segunda mitad de 2011, evolución que discurre en paralelo a la de la zona euro y que podría llevar a la recuperación de tasas trimestrales de crecimiento positivas en la misma hacia mediados de año.