Rivas expresó que no solamente Paraguay apoya dicha propuesta, sino que es un consenso de los países integrantes de la Cuenca del Plata. Explicó que por largo tiempo, las grandes potencias causaron los daños al ambiente, y es hora de paliar esos deterioros.
En este sentido, buscarán “el reconocimiento de la deuda histórica socioambiental y transformar esa deuda en un resarcimiento justo generando un fondo de reparaciones y una agenda de reparaciones”, destacó el titular de la Seam.
El pago de esta deuda ecológica en favor de los países llamados en desarrollo y de los sectores más afectados de sus propias poblaciones comprenderá recursos financieros de fondos públicos y transferencia efectiva de tecnología apropiada que sea requerida soberanamente por los países en vías de desarrollo.
Los países llamados desarrollados tienen que reducir sus niveles de consumo para restablecer la armonía entre los seres humanos y con la naturaleza permitiendo el desarrollo sustentable de todos los países en vías de desarrollo.
Para esta propuesta “no estamos solos”, reiteró. Los Gobiernos del Mercado Común del Sur (Mercosur), también forman parte de la iniciativa. Rivas habló de visibilizar una agenda en común que apunte hacia los cambios estructurales.
Dentro de la propuesta preliminar de Paraguay se considera que Río+20 representa una histórica oportunidad para nuevos compromisos hacia la sustentabilidad de las comunidades y de su justo desarrollo; una valiosa ocasión para aportar, con renovado impulso político, nuevas directrices en post del logro de respuestas sustentables globales a los desafíos.
Se propondrá también el desarrollo verde en el contexto de desarrollo sustentable para la erradicación de la pobreza. Paraguay Propone que la implementación de las Convenciones de Río 92 sean articuladas con las demás convenciones y protocolos de índole ambiental y reimpulsar los ideales con que fueron concebidas hace 20 años.
Para ello, tendrá que haber una acción concertada de la comunidad internacional y con la plena participación de los actores de la sociedad civil en los procesos decisivos, para enfrentar las causas estructurales del cambio climático, de la desertificación, la degradación de la Tierra y la sequía, y la pérdida de biodiversidad.
Finalmente, Paraguay propone potenciar los mecanismos públicos y multilaterales dentro de Naciones Unidas para lograr la institucionalidad para los adecuados logros y desafíos que planteará Río + 20.
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