Dado el resurgimiento de la turbulencia en los mercados financieros que ejerce presión sobre las autoridades económicas de la zona del euro para llegar a un acuerdo sobre la aplicación de nuevas medidas dirigidas a frenar la crisis en la periferia, el FMI insta a los países a formular una estrategia concertada para impulsar el crecimiento económico en Europa. Una estrategia eficaz debería basarse en la aplicación de políticas macroeconómicas para respaldar la demanda a corto plazo, y mayores avances en las reformas estructurales para lograr un mayor crecimiento a largo plazo y completar el proceso de integración en Europa.
“A nivel global, los planes de ajuste fiscal son, en general, adecuados en Europa. No obstante, en unos pocos países de la zona del euro, los objetivos presupuestarios nominales para 2013, acordados antes de la actual desaceleración del crecimiento, podrían ser demasiado procíclicos y posiblemente deberían ajustarse o por lo menos expresarse en términos estructurales”, señaló la Subdirectora Gerente del FMI, Nemat Shafik.
Dado que se prevé una reducción de las presiones sobre los precios, el Banco Central Europeo podría considerar la adopción de nuevas medidas expansivas, indicó Shafik.
A mediano plazo, los países deberán reformar sus mercados de productos y de trabajo y hallar nuevos mecanismos para fomentar la inversión a fin de elevar el potencial de crecimiento de sus economías y mejorar la competitividad. “Lamentablemente, no hay una solución mágica para estimular el crecimiento y la creación de empleo. Los países golpeados por la crisis en Europa solo podrán revitalizar sus economías si venden más productos en el exterior y crean nuevos empleos en el sector privado”, afirmó Shafik.
A nivel regional, el objetivo de los dirigentes europeos debería ser completar la arquitectura de la unión monetaria. En particular, un avance importante sería el establecimiento de una unión bancaria que incluya un sistema de garantía de depósitos y un marco de resolución bancaria con mecanismos de apoyo comunes adecuados, así como una base común para la supervisión y regulación”, agregó Nemat Shafik.
Un llamado a la acción
Olli Rehn, Vicepresidente de la Comisión Europea, señaló que si las autoridades económicas quieren evitar una desintegración de la zona del euro, es necesario adoptar medidas adicionales. “Necesitamos una auténtica cultura de estabilidad en la zona del euro y sus Estados miembros y una capacidad común reforzada para contener el contagio financiero y reducir los costos de endeudamiento para sus países miembros”, afirmó Rehn.
Uno de los países afectados actualmente por el contagio a través del aumento de los diferenciales de la deuda nacional es Italia. El Primer Ministro italiano, Mario Monti, ha puesto en marcha diversas reformas en los últimos meses para controlar el gasto público y revitalizar la economía. En declaraciones realizadas por videoconferencia, Monti instó a sus socios europeos a acelerar la adopción de medidas para limitar el contagio de la crisis de la deuda y estimular el crecimiento económico, señalando que Italia se ve afectada “debido a las deficiencias generales del sistema, más que por una deficiencia específica del país”.
Si no se toman medidas para contener este contagio, las autoridades económicas podrían suscitar un fuerte rechazo por parte de los votantes en todos los países, lo que socavaría la cultura de estabilidad que Alemania, en particular, ha procurado fomentar dentro de la Unión Europea, añadió.
Cómo impulsar el crecimiento
El Secretario de Estado de Alemania, Thomas Steffen, recomendó no utilizar medidas de estímulo ni el espacio fiscal disponible para generar crecimiento. Es peligroso utilizar el espacio fiscal remanente, sobre todo en una unión monetaria, advirtió. En cambio, los países deberían mejorar la competitividad mediante la aplicación de reformas, establecer un marco jurídico sólido y reforzar las reglas fiscales, de manera que los inversionistas sepan que van a recuperar su dinero.