Las caras de Mujivázquez

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Javier García
La idea es lanzada y repetida desde las propias filas del Frente Amplio para separarse del desbarranque de Mujica. Dice más o menos así: tranquilos que con Tabaré ganamos seguros, él no tiene nada que ver con Mujica.
Sólo siendo muy distraído alguien se puede creer esa fantasía. El gobierno actual lo encabeza Mujica pero es de todo el Frente Amplio. La sorpresa inicial para muchos fue que incluso el presidente le reservó áreas exclusivas al astorismo, la economía, que manejaría a discreción. Ahora Mujica da pelea para hacerle contrapeso. Los ministerios fueron repartidos por estricta cuota política para cada sector del Frente Amplio, con precisión de reloj suizo. Aplicando un planillado a cada sector le dieron lo suyo y además en caso de los ministerios, salvo en uno, Turismo, donde a expreso pedido del vazquismo se lo dejaron al grupo de Nin, en el resto el ministro y el subsecretario son de sectores distintos para controlarse mutuamente. No hay nadie afuera y todos están en todo. Mujica es el presidente pero el gobierno es de todo el FA.
Mujica y Vázquez mantuvieron privadamente, confesados por ellos, múltiples reuniones. Algunas se conocieron otras, la mayoría, no. Y cada vez que se cuestionó alguna medida del gobierno apareció la figura de Vázquez para respaldar. Últimamente y en poco tiempo respaldó el ingreso de Venezuela al Mercosur y lo justificó diciendo que en su presidencia ya lo había intentado. Y ahora con el famoso “nos equivocamos” salió rápidamente a entreverarse en la discusión de Pluna antes que se lo reclamaran.
Este gobierno es de Mujica y Vázquez. Incluso en materia de seguridad, donde se insiste en que hay diferencias, el propio Vázquez se encargó hace un par de meses de salir a defender a sus correligionarios y tiene a su hermano subsecretario controlando todo. El caso Pluna es paradigmático: un negocio escandaloso comenzado con Vázquez y cerrado con Mujica a través de la ley Campiani. Ahora en una supuesta acción de valentía inédita unas cartitas de Vázquez y Astori pretenden calmar las aguas. Las equivocaciones de Astori nos salen siempre caras, en el pasado período se “equivocó” con Bengoa y ahora se “equivocó” con Campiani-Leadgate y las dos equivocaciones suman millones de dólares. Vázquez, por supuesto, es tan responsable como éste de prohijar al pirata.
Y al unísono ahora, Mujica a través de su señora y el astorismo, salen a reclamar que la oposición se vaya de los cargos. La distancia entre el gobierno y la oposición es tanta que como blanco me pregunto qué hacemos allí. La única respuesta es que en verdad la embestida oficialista no tiene nada que ver con diferencias ni con la molestia por las críticas, sino que piden estar solos para tapar y ocultar como quisieron hacerlo en Pluna y no pudieron. Los dirigentes del Frente Amplio saben que están tapando hechos oscuros, por eso negaron la investigadora parlamentaria, decretaron confidencialidades, aseguraron inmunidades y se negaron a hacer la denuncia penal sobre Pluna. Lo que está en juego hoy no tiene nada que ver con enojos políticos por las críticas sino con la ética y la honradez y con equivocaciones millonarias a favor de unos vivos y en contra de todos, apañadas durante años por algunos gobernantes del Frente Amplio.
Esto es así y de tan claro lo podría entender hasta la Senadora Topolanski, a quién los que la conocen le dicen “la Tronca”. Por algo será.
El País Digital