El Papa Francisco y la reconversión de la presidenta

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En el círculo en rojo la Casa de Gobierno de Argentina y a escasos metros dentro del círculo amarillo la catedral de Buenos Aires (Google Maps)
En el círculo en rojo la Casa de Gobierno de Argentina y a escasos metros dentro del círculo amarillo la catedral de Buenos Aires (Google Maps)
Desde Buenos Aires para llegar a Roma se deben recorrer 11.125 Km. y ese es el largo camino que ha hecho la presidenta argentina para ser la primera mandataria en saludar este lunes al Papa Francisco.
Desde la Casa Rosada- sede del gobierno argentino- para ir a la Catedral Metropolitana de Buenos Aires, se deben recorrer apenas unos 100 metros y ese trayecto la presidenta Cristina Kirchner no lo ha recorrido para evitar asistir a las misas y los sermones del cardenal Jorge Bergoglio, considerado como un opositor a las políticas sociales del gobierno.
La mandataria nunca concurrió a un tedeum encabezado por el entonces arzobispo de la Argentina, Jorge Bergoglio.
Durante el mandato de Néstor Kirchner, las críticas del cardenal le valieron la respuesta del presidente quien dijo que: “No hay relación de la Iglesia con el Gobierno”.
Cuando Cristina Fernández de Kirchner asumió la primera magistratura, el primer roce con Bergoglio surgió en 2008 por el conflicto con los productores del campo cuando el cardenal le pidió a la mandataria que tuviera un “gesto de grandeza” para permitir solucionar la situación. Esto no le cayó bien al gobierno.
Tampoco le gustaron a la presidenta las expresiones del entonces arzobispo que llamó a terminar con el “escándalo” de la pobreza en Argentina, donde acotó el prelado que “desde hace años el país no se hace cargo de la gente”.
Al ser elegido Papa, la felicitación al nuevo Sumo Pontífice desde el gobierno demoró en hacerse público, per desde su cuenta de Twitter Cristina Kirchner le envió un frío saludo.
Con el correr de la horas se tuvo una mejor percepción del acontecimiento tan importante a nivel internacional, había un nuevo Papa y era argentino. Recién allí la mandataria calibró la situación ante el mundo y ya decididamente salió a hablar públicamente y a decir: “Hoy es un día histórico, por primera vez en la historia, en los 2.000 años de historia de la Iglesia, va a haber un Papa que pertenece a Latinoamérica” y agregó que “le deseamos de corazón a Francisco que pueda lograr un mayor grado de confraternidad entre los pueblos y las religiones”.
Lo importante era ahora ir al acto de asunción de Francisco en el Vaticano y ser la primera Jefa de Estado en ser recibida en una audiencia por el Papa. Febriles gestiones se realizaron desde Buenos Aires para lograr el objetivo que se temía no fructificara por las tensas relaciones de antaño.
El diario Perfil de Argentina publicó un artículo en el que se informa que siendo cardenal, Bergoglio había solicitado al menos en 14 oportunidades una reunión con la presidenta argentina y en todas ellas había sido rechazado.
Pero Francisco ha vuelto a dar muestras de su infinita grandeza; Cristina Kirchner será la primera mandataria en ser recibida por Su Santidad, para lo cual adelantó su viaje y ya está en Roma donde tendrá su audiencia privada con el Santo Padre y el martes asistirá a la asunción de Bergoglio.
“Se trata de un gesto de cortesía, de atención hacia Argentina y su presidenta”, dijo el portavoz vaticano, Federico Lombardi.
R.V.