El “enviado especial” del diario español El Mundo a Roma ha interpretado en forma errónea la actitud sencilla y afable del Papa que promueve un acercamiento con los fieles que es bienvenido, necesario y aplaudido por todos por la calidez que emana y que quizás, no se ha visto en otros papas.
En pocas horas el nuevo Sumo Pontífice de la Iglesia Católica se ha ganado el corazón y el respeto de la gente alrededor del mundo, sean católicos o no.
El enviado de El Mundo, ha escrito en un artículo una definición que nada tiene que ver con la realidad que viene mostrando el Santo Padre. En su artículo titulado: “Plebiscito”, el periodista dice que “Los cardenales escogieron a Jorge Mario Bergoglio como sucesor de Pedro el pasado miércoles pero quedaba pendiente la gran legitimación popular”.
La nota periodística concluye que ese plebiscito: “Se ha producido de manera contundente esta mañana en Roma con motivo del Ángelus y con el impacto de una masiva afluencia de fieles, curiosos y turistas”, señala el enviado para luego agregar otros conceptos como que: “Se hicieron notar los argentinos y hasta levitaron los franciscanos (y los jesuitas) en un ceremonial olímpico que evocaba el fervor de los tiempos wojtylianos, con la diferencia de que Bergoglio se comportaba y se comporta con las maneras de un sacerdote arrabalero”.
Según la REAL ACADEMIA ESPAÑOLA (R.A.E), la palabra “arrabalero”, tiene la siguiente definición:
arrabalero, ra.
1. adj. Habitante de un arrabal. U. t. c. s.
2. adj. coloq. Dicho de una persona: Que en su traje, modales o manera de hablar da muestra de mala educación. U. t. c. s.
La forma de comportarse del Papa Francisco, nada tiene de “arrabalero” y si mucho de calor humano y bondad unida a una inteligencia y conducta que ha provocado elogios desde todos los ámbitos.
Una rectificación sería lo lógico y esperable de un medio de reconocida trayectoria dentro del periodismo.
Consultar al diccionario cada tanto para salir de dudas, no es ninguna deshonra.
R.V.
Opinión
