Que la selección de fútbol de Uruguay jugó un mal partido ante su par de Chile nadie lo puede discutir; fue lamentable. El encuentro no lo ganaron los chilenos por méritos propios, lo perdieron los uruguayos por un cúmulo de errores inconceblibles y por la actuación del árbitro argentino Néstor Pitana que le “perdonó” al equipo trasandino dos claros penales cometidos por sus defensores.
El diario argentino Clarín reconoce los graves errores del juez compatriota y lo deja en evidencia en la crónica del partido: “La noche de Néstor Pitana en el Estadio Nacional no fue la mejor. El árbitro argentino, a lo largo de los 90 minutos, tuvo errores que resultaron determinantes en el desarrollo y en el resultado del partido. El primero de ellos llegó a los 34 minutos del primer tiempo, cuando no sancionó penal para Uruguay tras una clara falta de Gonzalo Jara sobre Luis Suárez. Un detalle no menor: además de no haber sancionado la pena máxima para los uruguayos (cobró tiro de esquina), debió expulsar a Jara, ya que tenía tarjeta amarilla”, dice Clarín.
Luego el periódico argentino señala: “En el segundo tiempo también se repitieron los errores del juez. Y, otra vez, con Jara como protagonista. A los 7, el defensor chileno tocó la pelota con la mano cuando saltó junto a Lugano. Era la segunda amarilla y penal para Uruguay, cosa que Pitana no convalidó. De nada sirvieron las quejas de Tabárez a Saúl Laverni, el cuarto árbitro”.
Párrafo aparte merece la actuación del futbolista chileno Gonzalo Jara, un rudimentario jugador que compromete a su equipo y que ante un buen árbitro de fútbol, pronto dejará el terreno de juego por su violencia.
Los chilenos festejan y se burlan del actual campeón de América y se olvidan de la estrepitosa goleada por 4 a 0 que le propinó Uruguay en la primera ronda de este torneo. Tal vez, ellos que nunca fueron nada en el mundo del fútbol, el día que logren algún título importante como Uruguay, dos veces campeón del mundo, dos veces campeones olímpicos y 15 veces campeones de América, estarán a la altura para para hablar de igual a igual.
Este triunfo que les regaló Uruguay con la ayuda de Néstor Pitana, al que habrá que hacer una colecta pública para comprarle gafas, es el consuelo de los que nunca se destacaron por su fútbol y un día, le ganan al padre.
Pancho Vives