De vuelta Soraya

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La controvertida portavoz del Grupo Parlamentario Socialista de España, Soraya Rodríguez, ha defendido el derecho de los manifestantes a realizar escraches frente a los domicilios de los políticos, diciendo que solamente pueden ser limitados por un desarrollo legislativo o por una decisión judicial, asegura.
La portavoz del PSOE ha señalado que la intención del Gobierno de no permitir escraches cerca de las viviendas de los políticos “es ilegal”. “Ni el ministerio del Interior ni el Secretario de Estado de Seguridad pueden dictar una orden de esta naturaleza”, subrayó, “porque estamos hablando de derechos fundamentales de manifestación, de reunión, de libre circulación”.
“Una orden de esta naturaleza de carácter general es ilegal”, explicó Soraya Rodríguez, por lo que manifestó la “sorpresa” y “clara indignación” de los socialistas ante las intenciones del Gobierno.
“Estamos hablando de derechos constitucionales que solamente pueden ser limitados por un desarrollo legislativo o por una decisión judicial”, subrayó la portavoz socialista, para insistir en que la medida “es ilegal”.
Soraya Rodríguez explica que la autoridad gubernativa no puede prohibir con carácter general reuniones a 300 metros del domicilio de nadie ya que está afectando de una manera general e indiscriminada a derechos fundamentales especialmente protegidos. En un estado de derecho, caso por caso, no con carácter general, se debe seguir el procedimiento previsto en la Ley orgánica que desarrolla los derechos de reunión y manifestación para limitar el ejercicio de los mismos. Por sus aseveraciones se desprende que el acosado debe permanecer impasible sin derecho a una defensa incluso ante una agresión física.
A la portavoz parecen no importarle las consecuencias que puedan sufrir inocentes si se desprotege a una persona ante una turba exaltada y, a contramano de la opinión de gente de su propio partido como la del expresidente del Gobierno Felipe González, que ha expresado en los medios de prensa que “¿por qué un niño tiene que aguantar una presión en la puerta de su casa?” agregando que “una importación que hemos hecho de Argentina donde se hacía por causas distintas, y no es la mejor importación que hemos hecho”.
Hasta su jefe Alfredo Pérez Rubalcaba ha señalado que le parece bien que la gente se manifieste pero no que “esa indignación se convierta en coacción”. Patxi López, secretario general del PSE-EE, también ha intervenido en el tema y ha declarado a los medios que es necesario poner límites a los escraches, porque estas acciones afectan también a los familiares y vecinos de las personas contra las que van dirigidas estas protestas.
Pero Soraya que parece independiente y ajena a lo que dicen dirigentes de su propio partido, va por la suya al igual que el secretario de Organización del PSOE, Óscar López, quien por hablar por su cuenta cometió un “error de cálculo” y metió a Rubalcaba en un lío de órdago por el escándalo de Ponferrada, arremete y habla de todo y de todos los temas. A la portavoz nada parece serle ajeno.
Además Soraya Rodríguez desconoce que en una manifestación contra una persona, por más pacífica que sea, los gritos, agravios e insultos y el calor de los acontecimientos pueden derivar en actos de violencia, eso no se puede medir y la policía tiene funciones primordiales como prevenir estos posibles desmanes y velar por la seguridad de todos los ciudadanos, de un lado y de otro sin distinciones. Para esto no se necesita ninguna orden judicial o aprobación del Parlamento. Es surrealista pensar que la policía deba actuar ante un hecho consumado cuando con su sola presencia puede disuadir la posibilidad de un acto violento.
Una cosa es una manifestación de ciudadanos o colectivos que se sienten perjudicados por leyes del Gobierno y otra muy distinta es ir a la puerta de una persona a acosarle. Una cosa es un escrache y otra una justa manifestación pacífica reivindicativa.
Sus palabras son para arrojar más gasolina al fuego. Lamentable.