El capítulo de Madrid del movimiento progresista venezolano, Voluntad Popular, ha mostrado hoy su indignación por las declaraciones que el secretario ejecutivo de Política Internacional de Izquierda Unida (IU) y eurodiputado Willy Meyer, ha hecho ayer, en las que descalificaba las protestas de los simpatizantes de la oposición, que reclaman el recuento de los votos de las elecciones presidenciales venezolanas realizadas el pasado domingo, tras las que el Consejo Nacional Electoral de ese país proclamó al candidato oficialista Nicolás Maduro.
Alberto Pérez, portavoz de Voluntad Popular en Madrid, recalca que las declaraciones de Meyer sobre la situación en Venezuela son “lamentables y poco serias”, especialmente si se tiene en consideración que sólo se está pidiendo un conteo voto a voto, el cual apoyan instituciones internacionales como la Organización de Estados Americanos (OEA), e incluso la Internacional Socialista, que en palabras de su secretario general, Luis Ayala, un “recuento voto a voto” es “fundamental” para dar legitimidad al proceso electoral y para evitar el peligro de caer en una crisis institucional, más aún con la apresurada proclamación de Maduro.
Ante la afirmación de que la reclamación del recuento de votos, por fundadas sospechas de fraude y más de seis mil denuncias presentadas durante la jornada, es una muestra del “espíritu golpista de la oposición y de su candidato Capriles”, el portavoz de Voluntad Popular en Madrid le recuerda a Meyer que “los únicos Golpistas que en la actualidad hacen vida política en Venezuela, son los que detentan –momentánea e ilegítimamente- el poder”.
Pérez añade que “fue el Teniente Coronel Hugo Chávez quien encabezó en el año 1992 junto a varios de los hoy altos funcionarios del gobierno y dirigentes del PSUV, un golpe de estado con cientos de muertos como saldo; por cierto fracasado, como todas sus iniciativas”.
Finalmente, Pérez insiste en que este tipo de declaraciones “cuando son pronunciadas por cualquier movimiento político o institución extranjera, son tildadas como injerencias en toda regla por partidos como Izquierda Unida”, y pide a Meyer y a los representantes de esta formación política “respeto, en la misma medida en la que lo exigen para sí mismos”.