Según el Banco de España el empleo moderó levemente su ritmo de descenso

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Banco de España
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Durante el primer trimestre de 2013, la economía española prolongó la pauta de contracción de la actividad, si bien a un ritmo más atenuado que en el tramo final del año pasado, según el informe trimestral de la economía española presentado por el Banco de España.
Según la información disponible, todavía incompleta, se estima que el PIB disminuyó un 0,5 % en tasa intertrimestral (frente al –0,8 % del período octubre-diciembre), lo que sitúa la tasa interanual en el –2 %. La demanda nacional retrocedió nuevamente (–0,8 %), aunque el descenso fue menor que en el trimestre precedente, al revertirse el impacto de los factores de naturaleza transitoria que habían influido negativamente sobre el gasto interno en los meses finales de 2012, y particularmente en el caso del consumo de los hogares. Por su parte, la contribución de la demanda exterior neta fue positiva (0,3 pp), pero de magnitud inferior a la del trimestre anterior, lastrada por la menor debilidad de las importaciones en relación con lo mostrado a finales del año pasado, en un contexto en el que las ventas al exterior, aunque se recuperaron, siguieron condicionadas por la recesión del área del euro.
El empleo moderó solo levemente su ritmo de descenso, estimándose una tasa interanual en el entorno del –4,5 % en términos de la CNTR (–4,7 % en octubre-diciembre), mientras que la remuneración por asalariado dio continuidad a la trayectoria de moderación de los costes laborales del último año con una tasa interanual levemente positiva. Este comportamiento, unido al incremento de la productividad, habría posibilitado reducciones adicionales de los costes laborales por unidad del producto en el trimestre, en una cuantía superior al 1 % interanual. A su vez, la tasa de inflación medida por los precios de consumo inició una senda descendente en los primeros meses de 2013, tras los elevados incrementos de los meses finales del año anterior, apoyada en la ralentización de los incrementos en los precios de la energía. El IPC alcanzó una tasa interanual del 2,4 % en marzo (2,9 % en diciembre de 2012), mientras que el IPSEBENE repuntó hasta el 2,3 % (2,1 % en diciembre de ese mismo año). En términos del IAPC, el diferencial de inflación con respecto a la zona del euro permaneció en los 0,9 pp del período octubre-diciembre.
En el panorama económico internacional, los mercados financieros europeos mantuvieron durante la mayor parte del trimestre el clima de mejoría gradual que se había impuesto en la segunda mitad de 2012. Este clima se vio alterado, no obstante, en las últimas semanas de marzo, por la aparición de nuevos episodios de incertidumbre vinculados a las dificultades para la formación de Gobierno en Italia, tras las elecciones de finales de febrero, y, sobre todo, a las complicaciones que surgieron para alcanzar un acuerdo de asistencia financiera con Chipre, así como al potencial de contagio de algunos de los elementos de este acuerdo. Estos episodios interrumpieron la reducción de los diferenciales soberanos en los países más vulnerables, y los mercados bursátiles y el tipo de cambio del euro frenaron su tendencia alcista.
Según el informe, los mercados financieros españoles participaron de la pauta de mejora que se observó en el área del euro hasta mediados de marzo, así como del cambio de tono que se produjo con posterioridad. El descenso de la rentabilidad de la deuda pública española a largo plazo y de sus diferenciales con respecto a la referencia alemana se interrumpió a partir de esa fecha, situándose a mediados de abril algo por debajo de los niveles de finales de 2012 (en el 4,6 % y en 335 pb, respectivamente). A su vez, las primas de riesgo privado repuntaron y los índices bursátiles iniciaron una trayectoria descendente, acumulando un retroceso de un 3,1 % desde principios de año.
Con todo, en los meses iniciales del ejercicio prosiguió la mejora de las condiciones de financiación de los sectores residentes en los mercados mayoristas, la normalización de los flujos financieros con el exterior y la suavización de las condiciones para la captación de fondos por parte del Tesoro, que realizó emisiones de deuda por importes elevados y a menor coste. No obstante, los tipos de interés bancarios se mantienen en niveles elevados y las condiciones de financiación bancaria de los hogares y las sociedades continúan siendo estrictas, con lo que el sector privado sigue sometido a una presión financiera significativa, lo que constituye una causa adicional de retraimiento del gasto interno.