La fallida subasta de Pluna

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El ya famoso “caballero de la derecha”, Hernán Antonio Calvo Sánchez, que se presentó a la subasta de PLUNA en Uruguay representando a una pequeña empresa aérea española -Cosmo- regresó a Montevideo a comparecer ante la justicia que investiga las presuntas irregularidades en torno a la desaparecida aerolínea uruguaya.
Pero las declaraciones del señor Calvo siguen sin cerrar, ya que la gran duda no ha sido desvelada. La desconocida empresa Cosmo de España que le habría enviado a participar en la subasta debió haber hecho presuntamente algo esencial previo a la compra y es un estudio de mercado y de factibilidad del negocio. Nadie en épocas de crisis económica como la que azota a Europa se mete a invertir los 137 millones de dólares para luego pensar que hacer con los aviones.
A las pocas horas de haberse quedado con los Bombardier de la empresa uruguaya, (sin pagarlos aun), Cosmo acuerda con el naviero Juan Carlos López Mena y le ofrecen al Estado uruguayo utilizar las rutas regionales de Pluna en América del Sur, en sociedad. Vale aclarar que López Mena había rechazado públicamente participar en la compra de estos aviones, ya que el negocio-según él- no le interesaba.
¿Cómo es posible este cambio tan repentino? ¿Dónde quedó el presunto plan para utilizar los aviones en vuelos chárter en Europa como lo anunció Cosmo en un comunicado? ¿Tanto daba un negocio como otro? En pocas horas casi sin tiempo para un nuevo estudio de mercado y factibilidad, Cosmo resuelve asociarse con López Mena y darle otro destino a la compra de las aeronaves.
Según declaraciones a la prensa, Calvo Sánchez confirmó que Cosmo tenía un serio interés en adquirir los aviones, por los cuales ya había iniciado negociaciones con aerolíneas españolas para arrendarlos.
Para nada de ese ocurrió ya que la pequeña empresa española con un capital de algo más de siete millones de euros, desistió de la compra de 137 millones de dólares, por el presunto estado público del tema y los cuestionamientos al no muy entendible negocio pero al desistir de la compra debía pagar el aval que le permitió presentarse a la subasta.
El diario El País de Montevideo publica que al ser consultado sobre el aval por US$ 13,6 millones que el Banco República le otorgó a Cosmo, Calvo Sánchez dijo que él no tomó la decisión de que en el documento se fijara como beneficiario al Ministerio de Economía y no al fideicomiso que organizó la subasta, como hubiera correspondido.
Calvo dijo no saber quién dio esa orden, y explicó que a él documento se le entregaron redactado de esa forma y confió debido a que el aval era otorgado por el Banco República, según indicaron las fuentes.
Calvo Sánchez no sabía sobre el aval pero el presidente del Banco República, Fernando Calloia, que fue quien lo otorgó, aseguró públicamente y también ante la Justicia que quien gestionó el aval fue López Mena. Incluso, el funcionario que tuvo a su cargo la tramitación dijo que el mismo día del remate habló telefónicamente con el dueño de Buquebus y BQB en dos ocasiones, y éste le indicó todas las características del documento, según consigna la información de El País.
Pero López Mena se ha comprometido a pagar en cuotas el aval de un negocio que según él nada tuvo que ver. ¿Cómo se entiende esto? ¿Por qué no pagó Cosmo?
El senador Jorge Larrañaga ha expresado en Twitter que “Lopez Mena no dijo la verdad a la oposición en 2 oportunidades.-Cuando sostuvo que arrendaba los aviones y luego cuando compraba boleto” y manifestó su asombro ya que luego de tantos cuestionamientos al empresario argentino la senadora y primera dama de Uruguay, Lucía “Topolansky será madrina de un nuevo barco del dueño de Buquebus el asombro no tiene límites!”, apuntó el legislador.

El acta notarial de compra de los aviones con los nombres alterados

Antonio Sánchez, quien al firmar ante escribano público el documento de la subasta, pidió al notario que le pusiera “Antonio C. Sánchez”; algo totalmente inusual ya que sus nombres y apellidos completos son: Hernán Antonio Calvo Sánchez y como tal debió aparecer en el acta.
El escribano Pablo Seitún, que tuvo a su cargo la elaboración del documento, dijo que si bien observó que en el pasaporte figuraba la identificación de Hernán Antonio Calvo Sánchez, este le dijo que “su nombre habitual era Antonio Sánchez” y por eso figura “Antonio C. Sánchez” en el acta.
En el acta notarial se indica que “luego de varias instancias de ofrecimientos y pujas, resultó ganador por ser la mejor y última oferta la de Cosmo líneas aéreas, por la suma de US$ 137.000.000 (…)”. Sin embargo, en la subasta -que fue transmitida en vivo por televisión- se apreció que no existió puja de oferentes porque hubo una sola oferta, la de Cosmo.
Al respecto, Seitún dijo que para “hacer las cosas más rápido”, llevó parte del documento escrito de antemano, por lo que el texto incluyó ese error. “En eso, a nivel técnico, puede ser que debí haber sido más específico”, reconoció.
Sin embargo lo que explica Calvo en el juzgado es diferente y aclara que en el acta de la subasta él figura como “Antonio C. Sánchez”, es decir, con su segundo nombre y su segundo apellido. El emisario de Cosmo dijo que eso obedeció a un error en la elaboración del documento, pero como los demás datos eran correctos igualmente lo firmó, aunque Seitún, explicó que en el acta notarial figura “Antonio C. Sánchez” porque el empresario le dijo que ese era “su nombre habitual”.