“ME ENSEÑARON A PENSAR”, fue la respuesta. Qué hermosa definición de lo que debe ser la educación moderna.
Cuando José Pedro Varela visitó en EE.UU a Horacio Mann, gran educador americano, visita que hizo por consejo de Domingo Faustino Sarmiento, gran educador argentino, que fue Presidente de la República Argentina, José Pedro Varela aprendió allí y trasladó al Uruguay toda la estructura de enseñanza primaria. Horacio Mann había tomado los sistemas de la enseñanza alemana para trasladarlos a la escuela primaria americana, de la misma manera que la enseñanza universitaria norte americana fue tomada de la formación universitaria alemana de Humboldt. Esa enseñanza primaria, que en el Uruguay comenzó con tanto éxito en 1875, no contaba por supuesto con los medios de comunicación electrónicos con que hoy el mundo cuenta. Todo lo teníamos que aprender de memoria, todas las tablas, dibujábamos en el pizarrón los mapas de los países y le incluíamos sus cadenas montañosas, sus ríos, sus capitales y ciudades más importantes, sabíamos que ambage, enálage, compage y companage eran las únicas palabras terminadas en “aje” que se escribían con “g”, el ejercicio gramatical de aprendizaje del manejo del diccionario y las faltas de ortografía eran tareas de todos los días. Nos atormentaban con Copetti y las matemáticas que siempre fueron las dificultades de la mayoría de todos los alumnos.
Así nos fuimos integrando a la vida, una vida de cambios muy lentos, a tal punto que nuestros hábitos y costumbres eran más próximos a los de nuestros padres que a los de nuestros hijos. Hoy la velocidad con la que se mueven la cultura y los conocimientos es de tal orden y magnitud que aquello que los jóvenes hoy aprenden seguramente no existirá cuando sean adultos. De allí se deriva la importancia de la respuesta de la joven que le dijo a su padre: “ME ENSEÑARON A PENSAR”.
Con los pizarrones electrónicos los chicos con la mano crean el mundo. Reciben toda la información. Nadie calcula más nada, calcula la máquina. El otro día mando a buscar a mi nieto, un buen alumno, para que vea los libros que tengo en el estudio y cuando llega y los ve me dice “Abó, tengo más libros que vós”, por supuesto quedé asombrado porque tengo algunos miles y le dije: ¿cómo, tenés más libros que yo?, si, me dijo: “los bajo por Amazon”. No tiene ninguno, pero tiene todos.
Dr. Vázquez, es otro el mundo. ¿Usted cree que todo se arregla aumentando la cantidad de plata que se reparte?, no Dr. Vázquez, hay que cambiar la forma de enseñar. Hay que enseñar a pensar, la máquina, por suerte, nos da los conocimientos que antes teníamos que aprender de memoria. Hoy lo más importante es aprender a pensar. Aunque esto, de pensar, es tan antiguo como el hombre arriba de la tierra, el mundo en que hoy vivimos lo exige antes que ningún otra cosa. Yo con 86 años soy testigo de la evolución y cambio de la ciencia y la tecnología quizá de la más importante por cientos de años, pero estoy seguro que si pudiera vivir 20 años más estaría asombrado de lo que vamos a conocer. Imaginen ustedes la importancia que tuvo que un día se inventaran los lápices, hoy el dibujante es un robot y ya escribimos con el dedo.
Ese es el mundo en que vivimos, y esa es la educación que necesitamos. Eso es lo que el Uruguay tiene que hacer. Todos comprendemos que en su ignorancia de los temas usted sólo habla de aumentar los sueldos, pero fíjese lo que le pasa a sus correligionarios, han tenido que echar repetidas veces a todos los Directores de Institutos de docencia y hemos llegado al 40% de repetición.
Todos sabemos, los integrantes de todos los Partidos, que sin educación no se progresa. ¿Cuál es el problema del Frente Amplio?: no se animan a cambiar nada, están totalmente marchitos.
Jorge Batlle
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