La presidenta argentina, habla y mucho sobre el tema de los fondos buitre y de las presiones que- según ella- ejercen los Estados Unidos y el juez Griesa. Asegura que no está enojada y agrega que “cuando uno gobierna no puede enojarse”.
Con el tema de los “fondos buitre”, la deuda, los bonistas, el canje, la economía, los holdauts, los Estados Unidos y principalmente con el juez Thomas Griesa, tiene argumentos para hablar largo y extenso. Algunas veces, justo es decirlo, lo hace con apreciaciones atendibles, pero en otros se desbarranca.
En las últimas horas ha realizado una serie de declaraciones que si bien no quedarán en la historia, reciben el aplauso de la tribuna de incondicionales.
Al referirse a la declaración de “desacato” hecha por la justicia estadounidense a la Argentina por la sanción lograda en el Congreso de la ley de pago soberano de la deuda, consideró que esa decisión del juez Thomas Griesa demuestra que “nunca se ha llegado tan lejos: es un disparate, y siguen agregándose disparates”.
“El problema no es con los holdauts, el problema es que quieren tirar abajo la reestructuración de la deuda soberana” y agregó: “quieren que volvamos a deber miles de millones y si para eso tienen que arrasar con soberanía, con el respeto a normas internacionales, no tienen ningún problema, arrasan como arrasan por todo, en todo el mundo”.
Puntualizó que “no es un problema de un gobierno, o de un partido político; el problema de la deuda es de todos los argentinos”.
Pero cuando trata de aparecer jocosa pierde lo bueno que pudo llegar a decir previamente: “No me sorprendió la declaración de desacato –acotó- ni que en veinte o treinta días más nos pongan sanciones económicas; tal vez decidan ponerme persa si vuelvo a Nueva York, pero igual voy a ir cuando tenga que ir”.
Cuando podría rebatir con argumentos sólidos la posición de Argentina ante los “fondos buitre” – que los hay- opta por entrar en el terreno del agravio y la descalificación de las personas que entiende son sus enemigos: “yo no soy ingenua, pues todo esto no es casual, no puede pensarse que es un movimiento asilado de un juez senil de Nueva York: sería una ingenuidad y yo no soy ni ingenua ni estúpida y los buitres se parecen también a las águilas, tienen el mismo perfil”.
La Secretaría de Comunicación Pública recoge el discurso de la presidenta cuan dice: “hoy tuvo una amplia difusión en todos los medios un aviso formal de la Embajada de los Estados Unidos a los ciudadanos estadounidenses residentes en el país y a los turistas, avisándole que pasan cosas terribles en la Argentina, y si uno lo lee, parece una cronología de lo que aparece en todos los medios de comunicación” hegemónicos.
“Plantean como si viviéramos en la peor época del far west,” agregó, y consideró que “esto es una inmensa provocación en la cual yo no voy a caer”.
“Seguro –afirmó- que esa nota la redactó el que anunció el default en la Argentina, pero no lo vamos a echar del país, porque ya lo conocemos; si por ahí lo echamos, el otro que venga no conocemos quién es y es un problema doble: cuando uno lo conoce hay que dejarlo porque ya lo conoces”.
“Creo que la carta que se mandó hoy es una articulación destinada a provocarme”, y agregó: “Quiero decirle a todos los argentinos que no estoy enojada, que no me van a ver enojada, porque cuando uno gobierna no puede enojarse, tiene demasiadas responsabilidades y tiene que actuar con la mente fría y el corazón caliente”.