Daniel Scioli es el actual gobernador de la provincia de Buenos Aires; un personaje sin brillo, que acata sin protestar las órdenes de Cristina, como antes lo hizo con Néstor Kirchner sin atreverse a protestar y eso lo convierte el político ideal para ser el candidato a presidente al cual se le puede manejar.
Durante estos años fue denigrado y ninguneado por el gobierno central y jamás se les plantó firme ante tanto maltrato sin fin.
Tal es así que fue la actual mandataria la que definió el compañero de fórmula, imponiendo a Carlos Zannini, actual jefe de la Secretaría Legal y Técnica y un kirchnerista de primera hora.
Por más que Scioli pretende decir que fue su idea elegir al compañero de fórmula: “La elección de Zannini es coherente con el camino y las decisiones que fui tomando en la vida”, aseguró pero todos saben quien tiene la última palabra.
El analista político Rosendo Fraga, señala que la elección de Zannini, es una estrategia de la presidenta para retener el poder.
Pero también se ha incluido al hijo de la mandataria, Máximo Kirchner de 37 años, como candidato a diputado por Santa Cruz. Millonario por la fortuna que acumuló su padre, el fallecido Néstor Kirchner, el hijo no tiene estudios universitarios y es fanático de los juegos con Playstation, dio un solo discurso político en su vida y dijo una frase que sería cuestionable en una democracia: “si perdemos la elección entregamos el gobierno, pero no entregamos el poder”.
Así están los cosas en el panorama de la contienda electoral que se avecina en Argentina.
Por R.C. Gómez
Opinión
