La ciencia al servicio del arte: exhiben nuevamente “Saúl y David” de Rembrandt

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Fotograaf: © Margareta Svensson Credits: Mauritshuis, Den Haag
Fotograaf: © Margareta Svensson
Credits: Mauritshuis, Den Haag
La Galería Mauritshuis de la Haya tiene una de sus más preciadas joyas de vuelta, la pintura “Saúl y David” pintada por Rembrandt entre los años 1645 y 1652 representa una escena bíblica donde: el adolescente David, futuro rey, toca el arpa ante el monarca hebreo Saúl, un hombre melancólico que, según cuentan los anales bíblicos, solo encontraba consuelo en la música que tocaba el joven arpista de la corte.
A partir del 11 de junio hasta el 13 de septiembre se podrá disfrutar de uno de los Rembrandt más famosos en la exposición Rembrandt? The Case of Saul and David. En la sala de exhibiciones de la Galería holandesa, se presenta la obra restaurada junto con tres cuadros, dos dibujos, una impresión y una reconstrucción en 3D del formato original del lienzo. La muestra se detiene en las técnicas científicas de investigación y restauración utilizadas. Una presentación interactiva guía a los visitantes a través de las diferentes preguntas a las que se enfrentaron los restauradores y expertos mientras trabajan en “Saúl y David”.
Ciencia y arte: CSI en el Mauritshuis
La galería asumió la tarea como si fuesen un equipo de la serie CSI, tratando a la pieza cual “víctima de abuso”, destrozada, maltratada y negada en su identidad, al poner en duda la autoría de la misma.
Para la restauración se emplearon técnicas avanzadas de rayos X y dispositivos móviles desarrollados por las universidades de Antwerp y DelftA, para determinar que los pigmentos originales fueron los mismos que los empleados por Rembrandt en el siglo XVII. Posibilitando ver literalmente debajo de las capas superpuestas de pintura.
El trabajo de investigación y reparación insumió ocho años de dedicación a la maltratada tela, o, más bien, sus pedazos —llegó a estar compuesta por 15 fragmentos de lienzos pintados al óleo y pegados o cosidos entre sí—Además del pésimo estado de conservación del cuadro, al que se habían añadido remiendos, y, en 1900, en una pésima restauración realizada en Berlín, una gruesa capa de un barniz que mancilló la obra con un acabado amarillento y artificial, los especialistas tuvieron que tener presente las dudas sobre la autoría, sobre todo las esgrimidas en 1969 por el historiador del arte Horst Gerson, una de las mayores autoridades en Rembrandt.
Aunque el Mauritshuis exponía la tela atribuyéndola al pintor, la polémica seguía abierta: ¿se trataba realmente de un original?, ¿había sido pintada por un alumno del taller del maestro, quizá con la ayuda de este? La restauradora Carol Pottasch dijo que no era sorpresa que Gerson cuestionara quién pintó el óleo sobre lienzo, porque en restauraciones previas se había agregado demasiada pintura.
“Supongo que ese fue el mayor problema que enfrentó. No pudo ver una pintura de Rembrandt porque no había pintura que ver”, expresó la restauradora. “Ahora que hemos quitado todas esas capas podemos de hecho ver el original de nuevo y no hay duda”.
Emilie Gordenker, la directora del Mauritshuis, dijo que la investigación arrojó muchas sorpresas. Al ver a través de la pintura, los expertos descubrieron un lienzo que parecía casi un rompecabezas.
“El análisis nos ayudó a determinar que la pintura está hecha de 15 piezas diferentes de lienzo; tres partes principales — el Saúl, el David, y una inserción de una copia de una vieja pintura en el extremo superior derecho, además de tiras en todo el borde. Es una verdadera tela de retazos”, dijo.
En la galería de los países bajos, cuyo exdirector Abraham Bredius compró la tela en 1898 para su colección personal y la entregó al museo como legado póstumo, están exultantes. “Durante ocho años un equipo de expertos internacionales ha contribuido a la investigación utilizando las técnicas más innovadoras y avanzadas. El resultado es significativo: el Mauritshuis tiene de vuelta uno de sus Rembrandt más famosos”, dice el actual director, Emilie Gordenker, curador también de la exposición.
Larga vida al Rembrandt y larga vida a quienes hacen posible el desarrollo de la tecnología al servicio del arte.
Daniela Arismendes
Editora de Cultura ICN Diario

Fuente: Galería Mauritshuis