Prácticamente todos vimos por diferentes medios, o bien el arribo y recepción dispensada al Papa, cabeza de la Iglesia Católica, o bien, sus sentidos discursos en pro de la concientización acerca de la pobreza, la igualdad de oportunidades o lo que se ha dado en llamar la encíclica Verde, por atender exclusivamente y en forma sumamente profunda, el tema de la preservación del planeta.
También hemos podido apreciar la congregación masiva de fieles a los diferentes oficios, aguardando por horas tan solo para verle pasar en el papa móvil, a trescientos metros de distancia; para algunos, con eso bastaba, otros, los más afortunados, pudieron tocarlo, estrechar su mano o aun darle un beso o un abrazo.
Sabido es, y lo ha demostrado con creces, que es un sacerdote diferente, con una cabeza diferente, con otra disposición hacia los feligreses muy distinta a Papas anteriores; menos acartonado y pomposo, más abierto, comprometido y dispuesto a salirse de los protocolos establecidos. (Me hace acordar a los Perfectos, Cátaros).
Como buen Jesuita, su manera de mirar el mundo y de obrar en función de él, es bien distinta a la de otros curas y es por ello que tanta gente confunde, como expresa el refrán, gordura con hinchazón y se creen que por que posee la sonrisa fácil y la capacidad para generar una inmediata empatía con el más humilde, con el que sufre, con el impedido, no temiendo lavar los pies del más desgraciado, o compartir con el desposeído, es un ignorante, un imberbe o un individuo carente de conceptos de vida propios. ¡Y vaya si los posee!
Recuerdo cuando Cristina, la presidente Argentina, le obsequió un mate y un termo y atontadamente comenzó a explicarle acerca de su origen y forma de ser utilizado, provocando la sonrisa del sacerdote cuyo origen es argentino…¡Sin palabras!
Me quedé con las ganas de saber que le hubiera obsequiado el incapaz de Maduro, el Presidente venezolano, quien a último momento desestimó la posibilidad de concurrir a Roma para una visita que tenía pactada con el Sumo Pontífice; seguro que algo descabellado, ridículo o fuera de contexto, si total, en una feria del libro en Venezuela, mandó saludos para un escritor fallecido hace décadas, o suele andar de tertulia con los pajarillos o instar a la multiplicación de los panes y los penes….
En esta oportunidad y al momento de estar en Bolivia, hace su aparición el otro adelantado de nuestra vapuleada América, Evo Morales, Presidente del país andino, orgulloso indígena él, con su oportuno obsequio al Santo Padre; la réplica de una escultura en la que se aprecia el ignominioso símbolo del ya casi perimido y marchito régimen marxista, la Hoz y el Martillo cruzados, donde se superpone crucificado, la figura de Jesús, el Cristo.
¿Qué habrá pensado Bergoglio? ¿Qué habrá pasado por su cerebro, cuando debió tomar entre sus manos aquel símbolo representativo de años de persecución y maltrato al pueblo cristiano?.
Ahí mismo me di cuenta que este sacerdote tiene lo que hay que tener para aguantar tremenda guarangada y no tirárselo por la cabeza. ¿Qué piensan?…No eso no, bueno, eso también, pero me refería a capacidad para la diplomacia, tolerancia y sobre todo humildad.
Como expresara el Maestro: …Perdónalos Padre, no saben lo que hacen…
Haciendo un poco de historia, recordemos que después de la revolución de 1917, surgió un movimiento dentro de la Unión Soviética, con el propósito (utópico por cierto), de unir a todos los pueblos bajo el régimen Comunista.
Esto incluía obviamente a todos los países del bloque del Este de Europa.
El Comunismo tal cual lo concebía Lenin así como sus sucesores, requería la abolición de la religión, por ende desde el Gobierno se lanzó una muy importante campaña para respaldar y llevar adelante este criterio insano y abyecto, aunque muy valedero para ellos, el cual aún hoy día en algunos países, se sigue manteniendo, adquiriendo obviamente diferentes matices, bajo la premisa que es imprescindible abolir la religión del seno de la sociedad.
No olvidemos que Marx pregonaba que ésta era el opio de los pueblos.
Reitero y me pone en alerta; aún hoy, en pleno S. XXI, a años de disgregada la U.R.S.S., algunos países mantienen su postura de perseguidores, de inquisidores, permaneciendo intacta su intención de abolir cualquier expresión religiosa, pretendiendo en aras del izamiento de sus banderas, la anulación de cualquier expresión individual o colectiva de la conciencia, conocida como libre expresión del pensamiento, la que debiera ser tan cara a la humanidad toda.
La vieja U.R.S.S., Checoeslovaquia, la R.D.A., Rumanía, Albania, Polonia, Bulgaria, Hungría, etc. hicieron bajo el símbolo de la hoz y el martillo, denodados esfuerzos por quebrantar la fe de miles de religiosos, llevándolos a la cárcel o torturándolos para hacerlos abjurar de sus creencias.
Para el caso de Hungría particularmente debemos rememorar que los cristianos fueron humillados, encarcelados y martirizados por su fe, siendo tal vez el caso más renombrado, el del Obispo Vilmos Apor, quien fuera muerto por un oficial ruso de un disparo en la frente, y el cual, al momento en que las autoridades eclesiásticas pretendieron sepultarlo con honores, en un ataúd de mármol ubicado en la Basílica, ( año 1948), el Gobierno comunista de la época se los impidió, pudiendo hacerlo recién durante el año 1986.
Prosiguiendo con otras perlas de este nauseabundo collar de pensamientos alienantes, traigo a colación el artículo 37 de la Constitución de Albania, el cual reza, que el Estado no reconoce Religión alguna y apoya y lleva a cabo propaganda atea con el fin de implantar una concepción del mundo materialista científica en las personas.
Viniendo a nuestra amadísima América, ponemos los ojos en Cuba y en sus propietarios ad vitam, los Castros, aseverando según algunos informes que son del dominio público, que allí existe una persecución cerrada, es decir, con el advenimientos de los brothers todopoderosos avenidos en demócratas por la gracia vaya uno a saber de quien, (aunque Fidel expresó en una oportunidad que fue, era y sería Marxista Leninista hasta el último día de su vida), se constituyeron en la primera hora de la revolución, en un país ateo, para, a partir de 1992, declararse un país laico, permitiendo el florecimiento de las religiones, pero cuidándose de no brindarles nada de apoyo y negándoles muchas veces, según registran algunas denuncias, los servicios esenciales para el desarrollo de la vida, haciendo que los cristianos deban vivir miserablemente.
Volviendo a Evo, pienso que alguien debería hacerle ver que como buen indígena y representante de la autóctona raza, muy bien pudo haberle obsequiado al Papa un sinfín de obsequios propios de los pueblos andinos; que dijeran de sus orígenes, de su espíritu de lucha, de sus deseos de terminar de una buena vez en América Latina con las desigualdades, con la hipocresía, con la devastación de las selvas, etc…etc… pero no presentarle el inmundo símbolo que para algunos constituyó la fuerza del trabajo levantándose victoriosa contra la burguesía dominante y que todos sabemos, incluido el Papa, fue símbolo de alienación, gulags, pobreza, hambrunas, fracasos estrepitosos, cárceles, torturas y fusilamientos masivos.
Aparte de todo ello Jesús no fue comunista, ni siquiera existía en aquellas épocas dicho concepto, y el tema de la cruz aparte es poseedor un alto grado de simbolismo, así como el Cristo crucificado…Aunque eso es material para otra nota.
Reitero las palabras del Maestro: ¡Perdónalos Padre porque no saben lo que hacen! …Y quizás en silencio agregó: ¿No saben, o simplemente son imbéciles?…
Opinión
