En la entrevista con El País, el ex tupamaro habla de una presunta relación de Wilson Ferreira con el MLN y los militares. El periodista le señala a Amodio:“—En el libro usted afirma que Wilson estaba dispuesto a apoyar un golpe peruanista, de corte izquierdista o progresista como el de Velazco Alvarado.
—Sí, porque Wilson fue un oportunista toda la vida. Incluso, cuando Wilson renuncia a presentarse a la Presidencia y le da pie a Julio María Sanguinetti, lo hace conscientemente. Es una imposición de los militares que está en la base del acuerdo que hasta hoy se mantiene entre el MLN y los militares.
—Acusa a alguien que ya no puede defenderse.
—Lo siento mucho. Esto lo quise decir hace mucho tiempo y nadie me dio la oportunidad. El País tampoco. Yo envié cartas y no se publicaron”, afirma Amodio con la seguridad que los involucrados no pueden defenderse.
¡Wilson renunciando a la presidencia y dándole pie a Sanguinetti para que obtenga el gobierno es demencial! Wilson estaba preso por defender las libertades y el Partido Nacional era traicionado en el Pacto del Club Naval. ¿De qué habla Amodio? Ferreira Aldunate estaba preso por enfrentarse a la dictadura militar algo que Amodio no hizo porque colaboraba con los militares. Si Ferreira Aldunate hubiera negociado con las Fuerzas Armadas, habría estado en libertad y fácilmente ser candidato a la presidencia de la República.
El comisario Alejandro Otero
Por otro lado el entonces comisario Otero y la policía, habían prácticamente derrotado a la guerrilla del MLN, pero Amodio Pérez, vuelve a decir barbaridades en la entrevista con El País:
“—Qué opinión le merece el comisario Alejandro Otero.
—Un charlatán.
—Y el comisario Fontana.
—Vivía de las coimas que le mandábamos.
—Otero dice que usted le ofreció a Fontana entregar al MLN a cambio de pasaportes y la liberación de su esposa.
—Y por qué no aceptó. ¿Tenía para liquidar al MLN y no aceptó? Es un poco tonto. El comisario Otero se quedó fuera del relato y se inventó un papel protagonista que no tuvo. Otero nos dio dos o tres golpecitos de morondanga. Lo que liquida al MLN son las Fuerzas Armadas con la tortura, más los errores propios del MLN, que era una organización desquiciada, no existía”.
Es tan fácil demostrar la falsedad de lo que asegura Amodio que la propia realidad histórica lo desmiente. Cuando llega el golpe de Estado en 1973 la mayoría de los tupamaros ya estaban presos por obra y gracia de la policía y el servicio de inteligencia que comandaba Otero. Esa verdad no la puede cambiar Amodio.
Para refrescarle la memoria al señor Amodio Pérez es necesario recordarle que el actual ministro de Defensa y ex líder tupamaro, Eleuterio Fernández Huidobro, reconoció en un artículo del semanario Mate Amargo (edición Nº 144 de 2 de julio de 1998), que: “A fines del ’66 y a fines del ’70. Siempre reconocimos que si en aquel entonces no hubieran intervenido otros comisarios y otras dependencias que se creían mejores, Otero nos hubiera liquidado”, contó Huidobro. Pero claro, Amodio no estaba presente en Uruguay para leerlo porque estaba fugado y en el mundo, internet todavía no existía.
El ex integrante de los tupamaros, Mauricio Rosencof, tuvo un encuentro con Alejando Otero en 2008 y luego narró a los medios de prensa: “Le di la mano a Otero, nos saludamos amablemente y recordamos muchas anécdotas del pasado. Otero luchó contra nosotros, pero con juego limpio. Él incluso me agradeció las palabras que tuve yo públicamente al decir que él nunca fue partidario de la tortura”, destacó.
Hay algo más que demuestra la importancia de Otero en la lucha contra el MLN y deja en claro que lo del comisario no fueron “dos o tres golpecitos de morondanga” a los tupamaros como sostiene Amodio. Fernández Huidobro en su contratapa del diario La República publicada el jueves, 26 de febrero de 2009 (Nro.3192) bajo el título: ‘La historia reciente’ hace referencia a un libro que se publicó en 1969 y dice textualmente: “Dicho libro provocó al salir (en 1969: lo repetimos) el fulminante arresto a rigor por tres días nada menos que del por entonces jefe de la Dirección Nacional de Inteligencia y Enlace de la Policía, comisario Alejandro Otero; una de las autoridades máximas (y a nuestro juicio la más eficiente y por tanto peligrosa para nosotros) en la represión contra los Tupamaros”, asegura el actual Ministro de Defensa de Uruguay.
Otero ha muerto y tampoco se puede defender, pero en mi libro: ¡Llamen al comisario Otero! (Ed. Planeta, 2008) el viejo jefe policial cuenta sobre como actuaba Amodio Pérez en prisión:
“Los recuerdos de Alejandro Otero sobre su gestión al frente de Instituciones Penitenciarias, servirían para escribir un libro aparte. Al poco tiempo de asumir su nuevo cargo, sucedió un hecho que el policía menciona como una clara demostración de la cobardía de Héctor Amodio Pérez:
—Para mi Amodio siempre fue un traidor y un cobarde —declara Otero —. Traidor porque cuando vio que no podía quedarse con la dirección de la organización tupamara, optó por cambiarse de bando junto a su pareja, Alicia Rey Morales, y cobarde por su manera de actuar.
En la penitenciaria trabajaba un teniente de policía con muy malas pulgas, era un tipo muy duro en sus actuaciones. En cierta ocasión, este teniente paseaba por el patio de la cárcel y Amodio le gritó: “¡Hijo de puta, torturador!” El aludido, con mucha tranquilidad, fue al encuentro del provocador. Amodio se refugió en su celda, pero el insultado entró y le dijo:
—Repetí ahora lo que me dijiste recién.
—Yo…. no dije nada….
—¿No tenés huevos para repetirlo? Sos un cobarde. Olvidate que soy milico, y peleame mano a mano, si me ganás, prometo que nadie va a tomar represalias con vos.
—Mirá que te equivocás…
—Sos un cagón. Ponete de rodillas y pedime disculpas —le ordenó gritando el oficial.
Amodio se puso de rodillas y con la voz entrecortada la pidió perdón.
Según el relato de algunos testigos, el teniente, después de las disculpas, le puso el arma en la boca y le dijo: “Podría matarte, pero no valés la pena”. Dicho esto se retiró, dejando a Amodio Pérez arrodillado”.
El ex tupamaro volvió a Uruguay 42 años después rodeado de guardaespaldas y asegura que sus ex compañeros tupamaros lo querían matar por su traición. Regresó para decir cosas sobre Wilson y Otero, dos personas que no pueden responderle.
¡qué nene Amodio! que no se venga a hacer el justiciero que todos sabemos quien es. como dice Otero en el reportaje aparece ahora y deja muchos interrogantes del porque decide reaparecer 40 años después. ¡Un genio el viejo Otero
Demoledora respuesta que rebate con contundencia las versiones erróneas del señor Amodio. Otero les ganó y este personaje dice que fueron “golpecitos de morondanga”.
Está claro que Amodio no dice la verdad y enloda a gente que no puede rebatirle. ¿A qué volvió? sigue la farsa…
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