Los papelones de los abogados chavistas

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Un grupo de abogados ultrachavistas han llegado al colmo de la insensatez y han introducido una solicitud de antejuicio de mérito contra el presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, Julio Borges, por supuesta “usurpación de funciones”.
El abogado cercano al régimen, Antonio Molina, realizó una acción digna de figurar en la Enciclopedia del Disparate al expresar que Borges hizo “propaganda desestabilizadora al acudir a Brasil y Colombia “donde ha ofrecido declaraciones y discursos invitando de forma abierta a las cancillerías de dichos países a que intervengan en los asuntos internos de todos los venezolanos” y agregó “Esto es una clara demostración de lo que se busca es la desestabilización del Gobierno”.
El ultrachavista presidente nacional de los abogados bolivarianos, Francisco Morillo, expresó en el colmo de la obsecuencia que “la intención del diputado Borges es confrontar la revolución bolivariana, el legítimo gobierno del presidente Maduro, desestabilizar el equilibrio y la paz del pueblo venezolano”.
¿Desde cuándo un diputado nacional no puede ir a a hablar ante un Congreso de legisladores de otros países si es invitado?. Está claro que por eso no está usurpando las funciones del Presidente de la República.
Es increíble que dos “profesionales” que habrían estudiado Derecho, hagan estas apreciaciones.
Pero lo peor es que estos abogados no repararan en el escándalo diplomático que generó en Brasil Elías Jaua en noviembre de 2014 cuando viajó al país norteño con el cargo “inventado” de ministro del Poder Popular para las Comunas, llegando sin previo aviso a Brasil, donde realizó actividades que podrían calificarse como de injerencia en los asuntos internos de otro país. Este hecho ameritó que el Canciller del Brasil Luis Alberto Figueiredo expresara su “malestar” al representante diplomático venezolano en Brasilia, por la visita que Jaua realizó a ese país sin avisar, donde firmó convenios con organizaciones norteñas sin conocimiento de las autoridades oficiales. Todo esto se hizo mientras gobernaba la compañera Dilma.
A esto se suma la llegada de la niñera de las hijas del ministro Jaua, en un avión de la empresa petrolera estatal Pdvsa y que generó otro escándalo cuando al intentar pasar por los controles del aeropuerto de Sao Paulo, se descubrió que portaba un arma, propiedad del ministro venezolano.
El Canciller del Brasil Luis Alberto Figueiredo, expresó su “malestar” al representante diplomático venezolano en Brasilia por la visita que el Ministro de las Comunas de Venezuela realizó sin previo aviso a ese país. Vale destacar que según el propio Jaua, su visita la hizo en su condición de Vicepresidente del gobierno y Ministro.
Jaua suscribió acuerdos de cooperación con organizaciones como el Movimiento de los Sin Tierra, que podrían constituir una “injerencia en los asuntos internos”. A lo anterior se suma la violación a las normas internas cometida por una empleada personal del Ministro al introducir ilegalmente un arma al país por lo cual fue detenida e imputada por tráfico internacional de armas, y el supuesto acto de corrupción de utilizar aviones del Estado por personas en actividades distintas a los del interés público.
¿Dónde estaban Francisco Morillo y Antonio Molina?
Cabe preguntar si las acciones de Jaua que generaron un conflicto con Brasil, no ameritaba una denuncia de estos señores abogados. Por lo visto no utilizan la misma vara para medir las acciones de los chavistas y los opositores.
Parece que generar un enfrentamiento con un país vecino no es importante y no merece sanción.