De acuerdo con datos oficiales, 200 mil llamadas telefónicas interceptadas en un período de dos años revelaron incluso que, en al menos tres ocasiones, los agentes corruptos secuestraron a traficantes para exigirles mayores montos en sobornos.
La operación es considerada la mayor acción contra la corrupción policial en la historia de Río de Janeiro y deberá dar cumplimiento a 172 órdenes de prisión preventiva, emitidas para evitar que los acusados contacten con testigos y den continuidad a los hechos delictivos.
Los agentes corruptos están acusados de cobrar sobornos por US$ 300 mil mensuales, dinero que llegaba a sus manos a través de intermediarios. Además de ofrecer protección a los traficantes, los agentes también les vendían armamento incautado en operativos policiales.
El coronel Wolney Dias, comandante general de la Policía Militar, declaró que los policías implicados traicionaron a la institución y a la sociedad, pero argumentó que eso no debe ser motivo para desacreditar al cuerpo policial. “Poco importa si tenemos que expulsar a 90, 900 o 9.000 agentes. No queremos a traidores en nuestra institución”, dijo.
Agencia Brasil.-