El portal del PSOE informa que Narbona tomará parte en varios actos en apoyo del candidato oficialista Alejandro Guillier, ante la segunda vuelta de las elecciones presidenciales del 17 de diciembre. En opinión de Narbona, “es clave la victoria de los progresistas en los comicios, de manera que se consoliden y afiancen todas las reformas de progreso que ha llevado a cabo el Gobierno de Michelle Bachelet, en una nación tan importante de Iberoamérica y que tan íntimamente unida está a la memoria socialista”.
En la agenda de trabajo de Narbona para estas jornadas figuran, además, encuentros con el expresidente Ricardo Lagos y con la actual mandataria, Michelle Bachelet –con quien se entrevistará el próximo martes-, así como reuniones con Guillier y su equipo de campaña, además de entrevistarse con dirigentes de otras formaciones de izquierdas y atender entrevistas de los principales medios de comunicación del país.
El próximo lunes 11, a las 10:30 hora local, Narbona participará en una mesa redonda posterior a la conferencia Los desafíos del progresismo en el nuevo escenario internacional, que pronunciará su pareja, el europarlamentario socialista Josep Borrell. Este acto, organizado por la Fundación Salvador Allende, se desarrollará en la Sala de Sesiones del Senado en el anterior Congreso Nacional (Morande, 441. Santiago de Chile). En la tarde del lunes, a las 17:00 hora local, asistirá a un encuentro con dirigentes políticos de partidos progresistas de Chile (Sala García Lorca de la Fundación Salvador Allende (República, 447).
El próximo martes 12 de diciembre, la presidenta socialista ofrecerá una charla a empresarios, a las 08:30 hora local, en el Centro de Estudios Públicos.
Opinión
Pueden ir en cualquier momento y confraternizar entre socialistas, pero eso de ir en medio de una campaña electoral es entrometerse y la señora Narbona debería saberlo.
Esa forma de apoyo entre partidos es común en formaciones afines en Europa, pero no en América, donde es claramente una intromisión.
Es una clara intromisión de un partido extranjero en la política interna de Chile en medio de una campaña electoral. Si fuera al revés y un formación de América fuera España en época de elecciones a entrometerse y apoyar al PP o a Podemos, el PSOE montaría un escàndalo.
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