El ex jugador del fútbol inglés Gary Neville, otrora figura del Manchester United, criticó las lágrimas de emoción del defensa uruguayo José María Giménez al término del partido contra Francia.
“Estoy a favor de mostrar las emociones, pero eso es vergonzoso”, fue la dura crítica de quien fuera leyenda del Manchester United. “Todavía tienes cinco minutos, lo que tienes que hacer es tratar de seguir intentando”.
Los ingleses no saben lo que es la emoción y el amor a una camiseta, por eso este personaje que ahora comenta fútbol, dice cualquier disparate. No se es más hombre por ocultar las emociones, señor Neville. No se si dirá algo del llanto del entrenador de Croacia, Zlatko Dalic, al clasificar a cuartos y ganarle a Rusia por penales.
Tampoco dijo nada el señor Neville del llanto de los jugadores de Brasil al quedar eliminados por Bélgica. Le recomiendo leer: Brasil vs. Bélgica: Neymar y toda la ‘Canarinha’ rompieron en llanto tras eliminación
Parece que a Gary Neville le preocupa solo el llanto y la emoción de un uruguayo.
Los fracasos del señor Neville
Usted, como experto en fracasos debería saberlo más que nadie. Usted que destrozó las ilusiones de toda una afición como la del Valencia de España, equipo de la primera división al que dejó usted -como entrenador- sumido en la peor de las debacles.
Gary Neville acabó con unas estadísticas que le sitúan como uno de los peores entrenadores de la historia del Valencia CF y apenas aguantó en el puesto durante catorce jornadas. ¡Si habrá llorado gente con lágrimas de impotencia porque usted no se iba!.
¿Qué puede usted hablar de emociones?. Pregunte como se sienten los aficionados del Valencia.
Recuerdo que el 1 de febrero de 2016, luego de perder su equipo por 7 a 0 ante el Barcelona, usted en rueda de prensa dijo: “Esta noche no voy a dormir bien”. Tal vez lloró en su habitación, pero no lo sabemos. si lo hizo, demostraría que al menos tiene sentimientos.
Por lo que se ve, a usted no le importó en lo más mínimo el desastre que ocasionó. No le corrió ni una lágrima por sus mejillas. Queda claro.
Los hombres también lloran señor Neville, eso no desmerece a nadie.
