A pesar de la fuerte oposición del PT y de sectores del medio jurídico, el juez federal Sérgio Moro se ha convertido en una referencia internacional en el combate a la corrupción y en el magistrado público más popular del país, aceptó ser el ministro al frente del Ministerio de Justicia y Seguridad Pública en el próximo gobierno de Bolsonaro.
El magistrado comenzó a ser conocido cuando asumió hace más de cuatro años la conducción de la Operación Lava Jato, apuntada por el Ministerio Público Federal como el mayor escándalo de corrupción y lavado de dinero en Brasil.
Las decisiones del juez llevaron a la cárcel, además del ex presidente Luiz Inacio Lula da Silva, de empresarios y directores de grandes corporaciones brasileñas, como Petrobras y Odebrecht, políticos y parlamentarios. Desde 2014 ya ha decretado cerca de 180 arrestos. Su actuación rindió homenajes en Brasil y en el exterior.
En mayo de este año, recibió el título de Doctor Honoris Causa de la Universidad de Notre Dame, “por ser un ejemplo claro de alguien que vive los valores y que lucha por la justicia sin miedo o favor”. También recibió el premio “Persona del Año”, de la Cámara de Comercio Brasil-Estados Unidos, entregado en Nueva York desde 1970 a una personalidad brasileña y otra norteamericana.
Fue condecorado por el Ejército con la Orden del Mérito Militar y con la Medalla del Pacificador, el mayor honor de la Fuerza concedida en reconocimiento a los servicios prestados a la nación. La Justicia Militar, en la conmemoración de sus 209 años, concedió a Moro la comenda de la Orden del Mérito Judicial Militar.
Desde 2016 aparece en la lista de instituciones tales como la fortuna , el tiempo y Bloomberg como uno de los principales líderes del mundo. Moro fue agraciado con la Medalla del Mérito Legislativo, pero rechazó el honor, alegando que varios parlamentarios estaban involucrados en la Lava Jato.
Vivir sorprendió al aceptar esta quinta -feira (1), por invitación del presidente electo Jair Bolsonaro para hacerse cargo del Ministerio de Justicia y Seguridad Pública, a partir del 1 de enero. A pesar de la desenvoltura con que circulaba en los diversos sectores de la sociedad brasileña, Moro dijo más de una vez que no entraría en la política.
Solía repetir a sus interlocutores que su vocación es para las leyes y no para la política. Moro acabó atendiendo al llamado de Bolsonaro que prometió darle libertad para combatir la corrupción y el crimen organizado en el país. El objetivo del futuro ministro de Justicia y Seguridad Pública es mayor: el Supremo Tribunal Federal.
El juez federal ya tuvo paso por el Supremo: ayudó a la ministra Rosa Weber en los procesos del mensalão, escándalo del primer gobierno del ex presidente Lula. Moro es natural de Maringá (PR), se formó por la Universidad Estadual del Paraná, con maestría y doctorado por la Universidad Federal de Paraná.
Para ingresar al gobierno Bolsonaro, Moro dejará atrás 22 años de magistratura. Por la Constitución, un juez federal sólo puede acumular cargo de profesor. Para asumir un puesto en el gobierno federal, el magistrado tiene que pedir jubilación, si se cumplen los requisitos legales, exoneración del cargo.
El juez anunció que dejará la magistratura para asumir el Ministerio de Justicia y Seguridad Pública, pero no adelantó la fecha de su salida. Sin embargo, dijo que se alejará inmediatamente de las audiencias en la Justicia Federal en Curitiba. Él va a tomar vacaciones, pero volverá pronto a la activa para participar del gobierno de transición.
Agencia Brasil.-