Por Rodrigo Aramburu
A 2,558 metros sobre el nivel del mar de Cochabamba, una altura no tan extrema como otros escenarios, pero al fin de cuentas es altura igual. Ahí fue Boca a buscar el triunfo a comenzar un nuevo camino hacia la obsesión más grande de cualquier hincha, la Libertadores, esa misma que hace tan solo tres meses la tuvo al alcance de la mano, pero que no pudo concretar ante su máximo rival River Plate, esa derrota tan dura le género en si algo positivo la reconstrucción de un plantel que sigue vivo.
El punto rescatado por el bostero para muchos hinchas genera dudas por la debilidad de su rival, pero para Boca este punto resulta útil y sirve por el momento, por el lugar, y por las circunstancias. Boca jamás encontró el control de la pelota en un campo de juego muy desparejo, en lo que a la vista se veía que era difícil controla la pelota. Alfaro paro en la cancha un 4-4-2 que no paso ningún inconveniente salvo en los minutos finales del primer tiempo al igual que en el segundo, sobre todo en esa jugada cuando culminaba el partido que entre Buffarini y Andrada pudieron mantener con vida al Xeneize. Lo mejor del equipo boliviano fue un nombre de la casa el Pochi Chávez que se mostró activo lucido y concentrado en el partido.
Para ser el primer partido en este nuevo camino del Xeneize no es un resultado negativo. Que debe mejorar en el planteo es verdad pero se vuelve a Argentina con un punto que incluso pudieron ser 3 cuando el ex Peñarol Naithan Nandez tuvo un remate que se fue apenas desviado. Ahora será en la Bombonera donde Boca saca su garra y donde la gente
empuja como un jugador más. Con la victoria del Tolima ante el equipo brasileño Paranaense, el bostero quedo segundo, pero el camino es largo y esto recién empieza.