Las elecciones en EEUU tomaron tintes dramáticos con los manejos logarítmicos de ‘Dominion Voting System’, vinculado al megaespeculador George Soros y a ‘Smartmatic’.
La renombrada exfiscal Sidney Powell y el exalcalde de Nueva York Rudolph Giuliani, abogado de Trump, denuncian un presunto fraude digital que alteró en la madrugada las proyecciones en favor de Biden.
Se relaciona el fraude cibernético mediante algoritmos alterados en México, como sucedió con Hildebrando SA de CV, empresa del cuñado del polémico expresidente Felipe Calderón.
La mancillada empresa del cuñado de Calderón está supuestamente vinculada a George Soros, mediante las presuntas empresas que controla directa o indirectamente Smartmatic y Dominion Voting System —con 2 matrices en Toronto (Canadá) y en Denver (Colorado; EEUU) y que vende tanto el hardware como el software de votación electrónica con el paquete de máquinas de votación y sus tabuladores.
A propósito, Hildebrando SA de CV forma parte de la operatividad del conteo de sufragios del polémico INE a cargo de las elecciones en México y que tuvo que cambiar su nombre anterior, IFE, porque fue atrapada con su exdirector Woldenberg Karakowsky —correligionario de Soros— por tanta fetidez logarítmica.
Los fraudes cibernéticos no son nuevos en EEUU y el mismo Bernie Sanders, aliado de Joe Biden, sufrió en carne propia las alteraciones logarítmicas en Iowa por la maquinaria del Partido Demócrata que lo detesta por su agenda “progresista”: la primera vez para favorecer a Hillary Clinton y ahora para resucitar la alicaída campaña de Biden durante las primarias. Dominion Voting System y Smartmatic se encuentran en el ojo del huracán porque las 73 millones de personas que votaron por Trump alegan que existió un fraude flagrante.
Durante una prolongada conferencia de prensa en Washington, Rudy Giuliani, abogado de Trump, argumentó que los demócratas utilizaron un esquema centralizado de fraudes en las elecciones presidenciales del país. Se trata de un patrón repetido en muchas ciudades controladas por los demócratas y orquestado por el propio candidato presidencial del partido, Joe Biden, afirma el abogado.
“Por ejemplo, en Pensilvania, para el que probablemente tenemos la mejor evidencia, 682.770 de las boletas llegadas por correo no fueron inspeccionadas. No se pueden contar (…) La conclusión lógica es que este es un plan general, un esquema general que conduce directamente al Partido Demócrata, proviene de su candidato. Obviamente”, sentenció el abogado.
El abogado de la Casa blanca criticó lo que llamó “un gigantesco ataque a la integridad del sistema de votación en el país democrático más grande del mundo” y expresó que “las personas que organizaron esto cometieron uno de los crímenes más graves que he visto: destruyeron el derecho al voto por su ansia de poder y dinero”.
El letrado reiteró la acusación de que el fraude se organizó con la ayuda de las tecnologías de la empresa Smartmatic, que fueron utilizadas por la empresa Dominion, registrada en Canadá. Según el abogado de la Casa Blanca, el recuento de votos se llevó a cabo en el extranjero, en Alemania y España.
“La empresa que cuenta nuestros votos, que tiene el control sobre nuestro voto, es propiedad de dos venezolanos que eran aliados de Chávez y que actualmente son aliados de Maduro. (…) Debería sorprenderte aún más el hecho de que nuestros votos sean contados en Alemania y España por una empresa propiedad de personas asociadas con Chávez y Maduro”, declaró Giuliani.
El letrado destacó una estrecha relación del presidente comercial de esta empresa con George Soros, “el mayor donante del Partido Demócrata y patrocinador de Black Lives Matter”.
A este respecto, la abogada Sidney Powell, también miembro de la campaña presidencial de Trump, exigió que el Departamento de Justicia inicie una investigación sobre las acusaciones de que se utilizó maquinaria de votación capacitada para manipular los resultados de las elecciones de 2020 en favor del candidato demócrata Joe Biden.
Powell reiteró las alegaciones de que el desarrollo de los sistemas de votación con capacidades ocultas para cambiar o descartar votos fueron ordenadas originalmente por los mandatarios de Venezuela, con la participación de China y Cuba.
Por su parte, Dominion Voting Systems, fabricante de máquinas, negó categóricamente cualquier problema con su software y hardware. La Agencia de Seguridad de Infraestructura y Ciberseguridad de EEUU también declaró que no hay evidencia de que “ningún sistema de votación haya eliminado, perdido o cambiado votos o se viera comprometido de alguna manera”.
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