Por Fernando Ripoll.–
Esa frase del título resuena más que nunca, y es por el destino que le jugó una mala pasada y se lo llevó cuando tenía mucho para dar todavía. Yo digo que mañana recordaremos el retorno del penúltimo caudillo, porque el último caudillo de mi partido se nos fue hace unos días.
Esa orden impartida por nuestro caudillo de Paysandú, ese luchador incansable que levantó las banderas del Wilsonismo una y otra vez Jorge creía en el desarrollo de nuestro país integral, luchó contra el centralismo a favor de la descentralización siempre.
Al igual que Wilson en su búsqueda por la libertad, Jorge creía en la igualdad de oportunidades que deberían tener quienes nacieran en el departamento que fuera, luchaba constantemente contra la desigualdad, era un defensor acérrimo de la justicia.
Sería que ese enorme referente para todos nosotros que hace 37 años llegaba al puerto de Montevideo lo había atrapado y mantuvo vivas sus ideas su ideal de libertad, de lucha por la justicia y de reponerse siempre frente a la diversidad. Luchador incansable, el siempre podía un poco más. No decía ya se cansaron, recuerdo que el día que se aprobó el Presupuesto Nacional, habíamos terminado a las 6 de la mañana
Jorge nos enseñó a cuidar a la gente a no hacer promesas en vano a no prometer, la palabra vale nos decía siempre; a estar con los que menos tienen a ejercer la actividad política poniendo siempre por delante el servicio hacia la gente; y no servirnos de la gente.
Me dio un poco de pena ver a muchos que lo criticaron, que lo traicionaron ir a llorar al velorio y al entierro. Es el trago amargo de esta actividad política, pero eso si nunca vi a nadie enfrentarlo, más bien si alguno lo hacía era con profundo respeto; era un gigante de la política nacional, tenía un porte especial y era muy bromista y coloquial en el trato mano a mano, franco sincero como pocos en esta actividad.
El te decía lo que no querías oir y con todas las letras, jamás se guardó nada un rival durísimo para con sus adversarios pero una vez que daba la palabra la cumplía.
El Guapo dignificó la actividad política, la humanizó si hacías política con el tenías que dar la car a la gente, responderle, odiaba las mentiras, yo creo que le puso valor a una carrera desvalorizada.
Los cargos que ostentó siempre se los ganó con la confianza y el voto de la gente desde ese 2004 fulgurante, siendo el candidato del Partido Nacional más votados con un 34,5 % de los votos hasta el de las últimas elecciones con 150.000 votos que sacó nuestro sector Alianza Nacional y junto a esa campaña en solitario que emprendimos de VIVIR SIN MIEDO, le valió que el Presidente le ofreciera el cargo de Ministro del Interior.
El homenaje más grande vino de la tropa del Ministerio del Interior los de a pie, eso que no tienen que fingir nada y lo digo por lo que me paso unos días después de la pérdida de Jorge, me paró un policía de los que pican de noche en la vuelta del Palacio Legislativo, era bastante tarde y me pregunta Ud. fue secretario de Larrañaga? A lo que le contesté que sí. Me dijo yo no lo conocí personalmente pero el hombre nos defendía era el primer policía, la verdad nosotros los de a pie lo sentimos muchísimo; se supo ganar el cariño de nosotros y por ese hombre nosotros salíamos a trabajar con el respaldo que nunca tuvimos. Lo siento mucho de corazón.
La verdad que sentí primero una paz muy grande y pensé en e estos 22 años que trabajé junto a ti y veo que has dejado en el pueblo una huella muy grande y en honor a ti somos muchos que vamos a seguir tu camino.
Quisiera que al igual que Wilson la gente lo recordara como alguien que dio la vida por su País y por su Partido Nacional, y para que sobre todos los jóvenes siguiendo sus enseñanzas los recordemos con un profundo respeto, quiera dios que se junten en una rueda de mate mañana en esta fecha tan especial del 16 de junio, se junten estos grandes caudillos y ahora si griten a dúo: “HAY ORDEN DE NO AFLOJAR”
