El excanciller argentino Felipe Solá, sin ninguna experiencia como diplomático, llegó al cargo de ministro de Relaciones Exteriores por su militancia política y no por sus conocimientos en el mundo de la diplomacia; incluso fue motivo de bromas por no saber inglés, un idioma fundamental para relacionarse con sus pares.
Al asumir la presidencia de Argentina, Alberto Fernández lo impuso en el cargo, que Solá desempeñó sin pena ni gloria, hasta que en una forma humillante, lo echaron.
Hoy en el llano, en lugar de reaccionar por el trato denigrante al que fue sometido, vuelve a bajar la cabeza y se arrastra defendiendo a quienes lo humillaron.
Fue tan degradante lo que hicieron con él y explicamos: el mes pasado Felipe Solá viajaba a México para representar a su país en la cumbre de la Celac en México, en esas horas la vicepresidente Cristina Kirchner ordenaba al presidente Fernández que cambiara a varios miembros del gabinete ministerial, en medio de las rencillas por la dura derrota sufrida por los kirchneristas en la elecciones primarias.
En una escala de su vuelo a tierras aztecas, le informaron que ya no era el canciller y Solá aparentó enojarse pero por un ratito y al llegar dijo que no iría a la cumbre.
Todo fue lamentable y la vergüenza que pasó Solá no tiene parangón. El ministro de Exteriores mexicano fue al aeropuerto a recibir a quien ya no era el representante diplomático de Argentina.
Ahora el inepto para desempeñarse como canciller de su país, habla de otros pero no de quienes lo maltrataron y arremete contra Uruguay.
Claramente sin tener idea de lo que dice, en una entrevista con CNN, señaló:
“Uruguay ha tenido una actitud muy dura respecto del Mercosur, y muy ideológica respecto de la cuestión”.
– “Uruguay tiene un presidente que usa cierta rebeldía contra Argentina como un elemento de política interna que le da réditos. Por supuesto, eso no puede durar mucho”, cree el vilipendiado excanciller Solá.
Ya en plan de matemático improvisado intenta demostrar que sabría sumar y restar: “Somos acreedores en la relación bilateral. Uruguay nos debe más cosas a nosotros que nosotros a Uruguay”.
Tal vez cree que arrastrándose le den al menos un carguito en el gobierno kirchnerista; no importa lo que le puedan dar, él sirve tanto para un barrido como para un fregado.