El aurinegro cerró el último partido del torneo Clausura, con un triunfo ante Cerro Largo que no logra borrar uno de los peores años en lo deportivo, donde la dirigencia y el plantel no estuvieron a la altura de la rica historia del club.
El cambio de entrenador -Ramos por Larriera- no dio los resultados esperados y entre el presidente, Ignacio Ruglio, que prometió grandes contrataciones que no llegaron y el gerente deportivo, Pablo Bengoechea, no lograron conformar un equipo competitivo.
Las contrataciones de jugadores tampoco cambiaron el negro panorama y la mayoría no justificó su llegada al equipo.
Hoy el futuro es incierto y los hinchas reclaman cambios radicales, porque los errores fueron demasiados.
Lejos de las competencias internacionales, el magro consuelo es obtener la Copa AUF Uruguay, que no logrará tapar -en caso de ganarla- el pálido desempeño de uno de los peores años de la historia de Peñarol.