El dictador de Nicaragua, Daniel Ortega, espera ganar los comicios municipales de este domingo, para ampliar su poder en las 141 alcaldías que ya están bajo su control.
Con el Consejo Supremo Electoral bajo el dominio de Ortega, no existen posibilidades de que la oposición obtenga alguna alcaldía, en una farsa de elecciones ya preparadas para que las ganen los candidatos del régimen izquierdista, destacan analistas.
El Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), partido de gobierno, no permite el libre ejercicio de la democracia. Últimamente varios partidos de oposición han sido prohibidos y sus candidatos encarcelados. En julio pasado, la policía expulsó a cinco alcaldes municipales de la formación opositora Ciudadanos por la Libertad (CxL), disuelta por las autoridades en 2021, y los sustituyó por representantes sandinistas.
La tiranía de Daniel Ortega y su mujer, Rosario Murillo, ha cerrado unas 2.000 organizaciones no gubernamentales y más de 50 medios de comunicación, mientras reprimía las voces de la disidencia. Otras 100 ONG fueron cerradas el viernes, según se anunció oficialmente.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) ha advertido a la comunidad internacional que no existen las condiciones para celebrar elecciones municipales “libres y justas” este domingo 06 de noviembre en Nicaragua, por lo que ha instado al Estado a gestionar los mecanismos necesarios para restablecer las garantías y libertades democráticas propias de un Estado democrático.
Quien hable en contra de Ortega es encarcelado o expulsado
Después de más de 30 años de servir en Nicaragua, un grupo de religiosas de la Asociación Misioneras de la Caridad, fundada por la madre Teresa de Calcuta, salieron del país custodiadas por agentes del Ministerio de Migración y Extranjería, luego de ser expulsadas tras ilegalizarse la organización con la cual se encontraban operando.
Las 18 religiosas que se servían en diferentes lugares en Nicaragua, fueron recibidas en Costa Rica, informó en redes sociales monseñor Manuel Eugenio Salazar Mora, obispo de la Diócesis de Tilarán-Liberia.
El Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh) expresó en Twitter que la administración del presidente Daniel Ortega “violentó” a las religiosas con la medida “de odio a la iglesia, a su labor de caridad y evangelización”.
“Les violaron sus derechos religiosos y el derecho a la honra y reputación al afirmar que no estaba acreditadas y que prácticamente trabajaban ilegales en Nicaragua”, señaló el Cenidh, que lamentó que se ha dejado indefensos “a incontables niños y personas de la tercera edad”.