Por Raúl Vallarino desde Buenos Aires.-
Otro frente de conflictividad se abre para el gobierno argentino de Alberto Fernández y Cristina Kirchner, ante el incesante acoso de movimientos sociales que piden más planes de ayudas económicas, en medio de una inflación que llegó al 94%, mientras el llamado Dólar Blue trepó a $ 386, lo cual representa un nuevo récord.
El descontento ahora es con la decisión del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación de suspender cerca de 160.000 beneficiarios del programa Potenciar Trabajo que registraron incompatibilidades o no completaron la validación de identidad.
Los planes de ayuda social se han vuelto un boomerang contra el gobierno kirchnerista, que ha destinado millones de pesos para contentar a los grupos de protesta, pero siempre es insuficiente ante la voracidad de estos colectivos, que exigen cada vez más dinero del Estado.
La Unidad Piquetera conformada por agrupaciones de izquierda, que hostigan al gobierno acusa a las organizaciones oficialistas nucleadas en la UTEP de verse beneficiadas con los fondos que el Estado nacional se ahorra con la reducción de planes.
La Unidad Piquetera –Polo Obrero y Barrios de Pie, entre otras- se ha movilizado a la sede del Ministerio de Desarrollo Social en Buenos Aires. Estos grupos han denunciado que buena parte de los beneficiarios suspendidos no accedieron a la auditoría realizada de forma virtual.
Exigen -con las protestas- que todos los afectados por los beneficiarios suspendidos sean citados en sus distritos para poder revertir la situación.
Insisten para que a la vez se abran nuevos cupos para planes sociales y un aumento que cubra la canasta básica.