Por Raúl Vallarino.-
La corresponsal del periódico británico Financial Times, en Argentina, Lucinda Elliott, da una información sesgada y tendenciosa sobre los hechos de pública notoriedad del caso de los pasaportes en los que está involucrado el exjefe de la custodia presidencial de Uruguay.
La “periodista” inglesa, comienza diciendo en su artículo, “Escándalo de pasaportes en Uruguay obliga a considerar la corrupción”, que el tema de estos documentos uruguayos, en su mayoría otorgados a ciudadanos rusos en forma ilegal, “Comenzó en septiembre con el arresto de un guardaespaldas personal del presidente Luis Lacalle Pou, Alejandro Astesiano, acusado de liderar una red criminal que a cambio de una tarifa emitía pasaportes uruguayos falsificados a extranjeros, incluidos posiblemente rusos que huían de su país después de su invasión a Ucrania”.
Más avanzado su artículo, Lucinda Elliott se contradice cuando menciona que “Los fiscales creen que docenas, posiblemente cientos, de rusos han obtenido la ciudadanía uruguaya desde 2013”, pero la corresponsal del FT no aclara que en ese año era el Frente Amplio quien gobernaba en Uruguay, no estaba Astesiano y la persona que hoy está imputada por ese caso de los pasaportes ilegales, es el entonces cónsul uruguayo en Moscú, Stefano Di Conza, designado para ese cargo por el presidente José Mujica y luego mantenido hasta 2018 en esa función consular por el también presidente izquierdista Tabaré Vázquez.
Tampoco informa Elliot que el excónsul Stéfano Di Conza, que ingresó al Ministerio de Relaciones Exteriores en 2013, se le imputaron 14 delitos de fraude en concurrencia fuera de la reiteración con 14 delitos de suposición de estado civil. De acuerdo a lo relatado por la fiscal, Di Conza intervino en 77 expedientes de 2013 a 2018. La periodista inglesa no explica que “La mafia de los pasaportes comenzó a operar cuando gobernaba el Frente Amplio”.
Luego, como la ética profesional lo indica, Elliot no escucha las dos campanas y se apoya en dichos de Ricardo Gil Iribarne, expresidente de la Junta Anticorrupción designado por el Frente Amplio, que desde luego opina como parte interesada y no imparcial. Eso no es periodismo plural.
Cuando Elliot se refiere al caso del narcotraficante uruguayo Sebastián Marset el que recibió un pasaporte de su país que le permitió salir de la cárcel de Dubai, donde estaba detenido, porque si bien debe conocerse esto hasta las últimas consecuencias para deslindar responsabilidades; la periodista del FT, no “recuerda” un caso similar cuando el 13 de abril de 2009 el entonces presidente Tabaré Vázquez, firmó una resolución por la cual se les otorgaron pasaportes uruguayos a Marc Neumann Peter’s y su cónyuge, Angelina Thaler. Ambos tenían una partida de nacimiento que decía que eran nacidos en Guyana, sin embargo estaban requeridos por la Justicia alemana, de donde realmente procedían, por pertenecer a una secta y haber cometido delitos sexuales contra menores. Sus nombres también eran otros, según informaba el diario El País.
Entonces, temerariamente la corresponsal del Financial Times, considera corrupción solo de un lado de la historia y lo demás no lo menciona…
Desde las redes sociales, pronto quedaron reflejadas las preferencias políticas de la “periodista” del FT.
https://twitter.com/JuanSin23196284/status/1611310008448196612
https://twitter.com/sandrofacchin/status/1610425298360606722
https://twitter.com/lgdelothlorien/status/1610815272616853504