Acabo de leer un Montevideo Portal una entrevista con el dirigente del Partido Nacional de Uruguay, Santiago Gutiérrez Silva (28), donde responde sobre varios temas de la política de Uruguay y debo confesar que podría coincidir en algo con lo que piensa y expone, en algún caso, pero aclaro que hay un tema puntual con el que discrepo, porque existe una gran diferencia; yo viví esos años donde la guerrilla armada desestabilizaba la democracia y a Gutiérrez se lo contaron y parece que bastante mal.
Cuando Santiago Gutiérrez, hace referencia al tema de la reparación económica a víctimas de la guerrilla, dice: “Me hace un poco de ruido que el Estado tenga que reparar situaciones en las cuales el responsable directo no fue el Estado. Una cosa es la reparación a las víctimas del terrorismo de Estado, porque fue el propio Estado ejerciendo violencia y terror sobre su cometido principal que es velar por los derechos humanos de las personas” y agrega, “¿Eso quiere decir que me parece que sea justo o injusto o negar que haya pasado? No. Pero me parece que abre una puerta a una cantidad de variables. Entonces, cualquiera puede reclamar un resarcimiento del Estado frente a determinadas injusticias, que lo son. Y, además, creo que habilita a seguir pensando en la teoría de los dos demonios. A seguir pensando en que hubo unos militares y hubo unos tupamaros, que estaban enfrentados y tenían víctimas cruzadas. Y la historia demuestra que no fue así, porque no convivieron contemporáneamente en el tiempo. La dictadura no fue una guerra entre tupamaros y militares”.
¿Quién entonces debería reparar a la víctimas inocentes de la guerrilla armada? Lo que parece desconocer el entrevistado cuando afirma “… me parece que abre una puerta a una cantidad de variables. Entonces, cualquiera puede reclamar un resarcimiento del Estado frente a determinadas injusticias, que lo son”.
Bien, aclaro que no cualquier persona podrá reclamar un resarcimiento, porque esas víctimas que cayeron por acciones de la guerrilla están identificadas.
¿Es lógico que quienes asesinaron a inocentes hoy reciban una pensión de reparación y las víctimas nada?. Alguien tiene que ayudarlos porque los victimarios no van a hacerlo. Como ejemplo vale citar tan sólo unos pocos casos – entre varios – y que Santiago Gutiérrez parece ignorar. Allí está el asesinato de Vicente Oroza, ocurrido en democracia.
En una nota publicada en 2016, el periódico La Voz de Galicia, bajo el título: Vicente Oroza, emigrante de Burela asesinado en 1972 por los tupamaros en Montevideo, relataba que Vicente Oroza, chofer de la empresa de transporte público Cutcsa, asesinado por un tupamaro – plenamente identificado – en el Cerro de Montevideo, por negarse a atropellar con el ómnibus a un grupo de las fuerzas conjuntas que realizaba un control callejero, también en años de democracia. En el hecho los tupamaros hirieron a un soldado que subió al vehículo y Oroza intentó protegerlo y para ello les abrió la puerta trasera del autobus a los terroristas para que pudieran escapar, pero el tupamaro, que además era su vecino del barrio, asesinó a Oroza con varios balazos. (28 de junio de 1972). Hoy, su asesino cobra una pensión como ex preso político y conviene leer el tuit del hijo del chofer asesinado:
Conviene recordar también – entre una lista extensa de víctimas y familias identificadas – el caso de Hilaria Quirino, una madre que se desempeñaba como cuidadora del Club de Bowling de Carrasco, que en el atentado terrorista de los tupamaros fue herida de gravedad y nunca logró recuperarse de aquel trágico e injusto episodio que la marcó a fuego hasta el final de sus días. Ni ella, ni sus cuatro hijos – que quedaron solos y desamparados – recibieron justicia desde el atentado en 1970, en democracia.

La ejecución por parte de los tupamaros de Juan Andrés Bentancur, sereno de la fábrica Niboplast, asesinado al dar aviso a la policía de que los tupamaros estaban robando en dicha empresa. – 22/06/71. Para la familia no hay resarcimiento, pero para alguno de sus atacantes si.
El homicidio premeditado en plena democracia del peón rural Pascasio Báez ( 21 de diciembre de 1971), quien buscando en un campo un caballo perdido se encontró de casualidad con un escondite de los tupamaros que lo detuvieron durante dos meses para luego ejecutarlo con una inyección de pentotal para que no los delatara. El ex guerrillero tupamaro Jorge Zabalza, consideró este crimen, “un delito de guerra contra un ciudadano totalmente ajeno a la confrontación que se desarrollaba en el Uruguay”. Algunos de sus asesinos hoy cobran una pensión reparatoria como “ex presos políticos”.
Dr. Julio Federico Morato Manara, asesinado por los tupamaros en su domicilio cuando intentaron robarle material quirúrgico. El eminente y reconocido científico se resistió al ataque de los tupamaros y se trabó en lucha con los terroristas quienes le dispararon a quemarropa sin ningún reparo. Murió en el lugar ante su esposa mientras los asesinos se dieron a la fuga – 04/05/72
Y la lista de asesinados por la guerrilla armada es extensa, está a disposición de quien quiera leerla. Por lo tanto, cualquiera no puede reclamar un resarcimiento, al menos en estos casos de víctimas de los tupamaros u otra organización.
En 2006, durante el primer gobierno de Tabaré Vázquez, se otorgaron pensiones o jubilaciones a las víctimas del terrorismo de Estado. En 2020, pocos días antes de dejar su último mandato, Vázquez hizo que estas pensiones se trasladaran en un 100% a cónyuges o concubinos, e hijos menores o discapacitados, según explica un artículo del diario El País.
Pero lamentablemente, el expresidente Vázquez no miró hacía el otro lado, ni él ni los legisladores del Frente Amplio y tampoco la INDDHH, tuvieron en cuenta a las víctimas de la guerrilla tupamara, que asesinó a personas inocentes durante su accionar criminal durante años de gobiernos democráticos, previos a la dictadura militar ( 27 de junio de 1973 – 1 de marzo de 1985).
Lo grave es que entre esos ex “presos políticos”, que cobran merecidamente una pensión del Estado, están algunos ex integrantes de los guerrilleros que tienen delitos de sangre y no es lo mismo y esto Gutiérrez no lo menciona.
Por lo que ha dicho, a Gutiérrez parece no hacerle “ruido” que tupamaros que cometieron delitos de sangre, hoy se les pague una pensión como ex presos políticos. No me refiero a todos, solo a quienes asesinaron a inocentes y son bastantes.
Al menos ya avanza una acción legislativa para resarcir a las familias de las víctimas de la guerrilla.
Nota de la redacción:
Cuando Santiago Gutiérrez afirma en la entrevista que “Y, además, creo que habilita a seguir pensando en la teoría de los dos demonios. A seguir pensando en que hubo unos militares y hubo unos tupamaros, que estaban enfrentados y tenían víctimas cruzadas. Y la historia demuestra que no fue así, porque no convivieron contemporáneamente en el tiempo. La dictadura no fue una guerra entre tupamaros y militares” y se equivoca porque antes de la dictadura hubo acciones en épocas de democracia, donde los tupamaros cometieron atentados en contra de las Fuerzas Armadas y como tal, recibieron una respuesta, donde hubo enfrentamientos y también posteriormente al golpe de Estado.
18 de Mayo de 1972: ASESINAN EN ACCIÓN TERRORISTA A CUATRO SOLDADOS DEL EJÉRCITO: OSIRIS NÚÑEZ, SAÚL CORREA, GAUDENCIO NÚÑEZ Y JESÚS FERREIRA, QUE DENTRO DE UN JEEP CUSTODIABAN LA CASA DEL GRAL. GRAVINA
19 de Agosto de 1972: EN DEMOCRACIA, TUPAMAROS ASESINAN AL TENIENTE DEL EJÉRCITO RICARDO BRAIDA
También, antes del golpe de Estado, fueron asesinados por los sediciosos, varios policías y miembros de las Fuerzas Armadas y civiles inocentes.
Pero hay otra realidad que Gutiérrez, no explica. Luego del golpe de Estado acaecido el 27 de junio de 1973, la mayoría de los guerrilleros estaban presos por el accionar de las Fuerzas Conjuntas, por eso, negar de que los tupamaros y el Ejército no fueron contemporáneos, es temerario y no es la realidad de lo ocurrido en esos años. Intentar explicar que ya en dictadura no se enfrentaron es algo muy distinto, porque si hubo dictadura fue a causa de las acciones de la guerrilla, con robos secuestros y asesinatos.
27 de octubre de 1973, luego del golpe de Estado hubo acciones subversivas. La siguiente fue solo una de ellas:
2 de abril de 1974: Enfrentamiento entre el ejército y los tupamaros ya en dictadura:
Este muchacho Gutiérrez tiene un problema de ubicación en el tiempo y el espacio. Entrevera los tiempos de los hechos y solo consigue confundir a las nuevas generaciones sobre la realidad de la historia reciente.
La verdad que este Santiago Gutiérrez, piensa con la mentalidad del FA sobre las víctimas de los tupamaros. No parece blanco. Lamentable.
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