Por Paco Tilla.-
A esta altura ya nada puede llamar la atención de lo que diga o haga el presidente sin mando de la Argentina Alberto Fernández. El mundo de fantasias en donde se ha refugiado porque nadie quiere ser parte del peor gobierno desde la vuelta a la democracia, lo deja en una posición incómoda, pero fundamentalmente lo han dejado solo.
El único amigo que parece tener es su perro Dylan, que es su fiel compañero y que hasta ahora no lo ha abandonado.
En un surrealista mensaje dijo Fernández este martes donde defendió las relaciones internacionales que entabló su gobierno, en respuesta a las críticas opositoras. “No podemos ser cuestionados y atacados. Por eso puedo hablar con Xi, con Putin y con Biden, y nadie puede cuestionarme eso, nadie”. En este sentido, afirmó: “Puedo ser parte del Brics y nadie puede cuestionarme eso. Y por ser parte de los Brics no dejo de ser parte de Occidente porque culturalmente lo soy”.
Así se expresó al encabezar la apertura de la II Conferencia de América Latina y del Caribe sobre Operaciones de Paz de la Organización de las Naciones Unidas (ALCONU). “La Argentina y este gobierno siempre han creído en el multilateralismo, en la necesidad de respetar el multilateralidad”, manifestó en un mensaje en el que enfatizó la necesidad de trabajar por la paz en el mundo.
Mientras todo a su alrededor se desmorona y la crisis económica se agrava, Fernández habla de otra cosa.
