El expresidente ecuatoriano, condenado por un tribunal de su país por el delito de corrupción, siendo sentenciado a ocho años de cárcel por el denominado “caso sobornos 2012-2016”, ahora sale en defensa de su exvicepresidente Jorge Glas, que como Correa fue encontrado culpable de ser instigador de un delito de cohecho pasivo agravado. Glas también fue condenado a ocho años de prisión.
Era una trama de corrupción montada bajo el gobierno de Correa y que involucraba a empresas nacionales e internacionales como la brasileña Odebrecht. Se trataba de recibir pagos para financiar el movimiento político del exmandatario, Alianza País, a cambio de adjudicar contratos millonarios, según informaba la BBC.
Correa escapó y se refugio en Bélgica donde vive actualmente, sin rendir cuentas ante la Justicia de su país.
Sobre la detención de su exvice, expresó: “Compatriotas: Lo que ha hecho el Gobierno de Noboa no tiene precedentes en la historia latinoamericana. Ni en las peores dictaduras se ha violado la embajada de un país. No vivimos un Estado de derecho, sino un Estado de barbarie, con un improvisado que confunde la Patria con una de sus haciendas bananeras. Responsabilizamos a Daniel Noboa de la seguridad e integridad física y sicológica del exvicepresidente Jorge Glas. A México, su pueblo y su Gobierno, nuestras disculpas y admiración eterna. ¡Hasta la victoria siempre!”, escribió el fugado Correa en su cuenta de la red social X.
La frágil Memoria de Correa: Hubo un caso similar entre varios, Cuba invadió embajada de Ecuador en La Habana en 1981 y se llevó a la fuerza a los asilados
La afirmación de Correa, “Ni en las peores dictaduras se ha violado la embajada de un país” es inexacta y relatamos a continuación lo publicado por TV Martí en 2012:
El domingo 8 de Febrero de 1981, la familia Delgado Temprana buscó refugio en la misión diplomática de Ecuador en La Habana.
Según el sitio digital Cuban Archive, Rómulo Delgado, en compañía de su esposa y tres hijos, Juan Owen, de 15, Germán de 12 y Reylán, de 11, y otros nueve familiares (catorce personas en total -tres mujeres y cuatro menores de edad) entraron a la embajada de Ecuador con un revolver viejo y una pistola. Tan pronto entraron a la embajada, entregaron las armas. El entonces embajador de Quito en La Habana, Jorge Pérez Concha, les dio asilo y se iniciaron las negociaciones para sacarlos del país.
Hacía solo unos meses que se había realizado el puente marítimo de Mariel a Cayo Hueso, la entrada en abril de 1980 a la embajada del Perú de decenas de miles de cubanos.
Tras estar una semana en la embajada y ante la necesidad de avituallamientos, el personal diplomático salió a buscarles comida. Casi de inmediato, tropas especiales cubanas tomaron la embajada, sin autorización del gobierno de Ecuador. Todos los cubanos que había pedido asilo fueron detenidos, y los menores fueron separados de los padres. Nueve días más tarde los padres fueron informados que su hijo Juan Owen había muerto.
Según informó entonces la agencia de prensa española EFE, el gobierno de Ecuador llamó el 21 de febrero de 1981 a su embajador en Cuba, Jorge Pérez Concha, tras haber expresado una enérgica protesta ante las autoridades cubanas por el asalto de la representación diplomática ecuatoriana en La Habana y la detención de sus catorce ocupantes.
Horas antes, la Presidencia de la República ecuatoriana había hecho público un comunicado en el que calificaba el asalto de «intolerable». El presidente Jaime Roldós subrayó que «Ecuador no autorizó ni podía autorizar jamás que la sede de su Embajada haya sido objeto de tal acción».
Pero también existieron otros casos de entradas a la fuerza, donde fueron violadas embajadas y consulados sin respetar que eran territorio extranjero, pero eso, Rafael Correa, no lo dice. Su memoria es selectiva.