Por Paco Tilla.-
Debo decir lo que pienso, que creo es también la opinión de cientos, miles o tal vez millones de lectores. ¿Qué me importa si el ganador de este año, de nombre Nemo y representando a Suiza, se autodefina como no binario y cante con una minifalda? Es su vida y que haga lo que quiera, pero que no trate de reivindicar lo suyo, intentando hacernos creer que es una causa justa. Es algo solo de él y de los que piensan en su misma forma. Nadie se lo impide.
‘Si solo hay ceros y unos, ¿a dónde pertenezco?, se pregunta Nemo en una parte de la canción.
El tema que interpretó Nemo – The Code– tampoco es de los mejores del certamen; la canción de Croacia, Rim Tim Tagi Dim interpretada por Baby Lasagna, y que obtuvo el voto del público y quedó en segundo lugar, es infinitamente superior, pero hoy paga dividendos hablar de la diversidad aunque ya sea saturando al público, como lo viene haciendo en forma reiterada e inexplicable este festival.
Las canciones de Ucrania y de Francia, superaban en creatividad y en ritmo a la de Suiza, incluso la de Italia, pero…
- Suiza: 591 puntos.
- Croacia: 547 puntos.
- Ucrania: 453 puntos.
- Francia: 445 puntos.
- Israel: 375 puntos.
- Irlanda: 278 puntos.
- Italia: 268 puntos.
- Armenia: 183 puntos.
Este Nemo, no es el de “20.000 leguas de viaje submarino”, porque ya nos quieren vender cualquier historia con esto de la diversidad.