Reunidos en Río de Janeiro, los jefes de Estado y de Gobierno del G20, principal foro de cooperación económica internacional, aprobaron una propuesta de tributación progresiva, que incluye una mención directa a la tributación efectiva de las personas consideradas súper ricas. El texto aparece en la carta final de la cumbre , publicada el lunes por la tarde (18), primer día de la reunión anual.
“Con pleno respeto por la soberanía fiscal, buscaremos cooperar para garantizar que las personas con un patrimonio neto ultra alto paguen impuestos de manera efectiva. La cooperación podría implicar el intercambio de mejores prácticas, el fomento de debates sobre principios fiscales y la redacción de mecanismos contra la evasión, incluidos abordar prácticas fiscales potencialmente dañinas. Esperamos continuar discutiendo estos temas en el G20 y otros foros relevantes, aprovechando las contribuciones técnicas de organizaciones internacionales, universidades y expertos relevantes”, dice el documento, cuyo contenido final fue aprobado por consenso.
Existía la expectativa de que los puntos acordados pudieran ser resistidos por la Argentina, presidida por el ultraliberal Javier Milei, que se opone a este tipo de políticas. Esta indicación de gravar a los superricos, sin embargo, ya había sido acordada en la Declaración Ministerial del G20 sobre Cooperación Fiscal Internacional de Río de Janeiro, realizada anteriormente y mediada por el gobierno brasileño. Este acuerdo se mantuvo en la versión final publicada, sin reservas.
Las estimaciones del Ministerio de Finanzas indican que un impuesto del 2% sobre los activos de las personas súper ricas podría generar 250 mil millones de dólares al año para invertir en combatir la desigualdad y financiar la transición ecológica. Este grupo de superricos suma alrededor de 3.000 personas que, en conjunto, tienen activos por valor de alrededor de 15 billones de dólares, cifra superior al Producto Interno Bruto (PIB) de la mayoría de los países. El texto del G20, sin embargo, no propone una tasa específica.
El texto de la carta final defiende también una fiscalidad progresiva, es decir, que las personas con más recursos paguen más impuestos, como una de las “principales herramientas para reducir las desigualdades internas, fortalecer la sostenibilidad fiscal, promover la consolidación presupuestaria, promover un crecimiento fuerte, sostenible, equilibrado e inclusivo y facilitará la consecución de los ODS [Objetivos de Desarrollo Sostenible]”.
Luchando contra el hambre
En la misma sección que trata sobre la fiscalidad progresiva, la carta final del G20 destaca que el número de personas que enfrentan hambre ha aumentado, alcanzando aproximadamente 733 millones de personas en 2023, “siendo los niños y las mujeres los más afectados”. Para enfrentar este desafío global, la carta llama a un compromiso más efectivo y menciona el lanzamiento de la Alianza Global contra el Hambre y la Pobreza, una propuesta brasileña que recibió el apoyo de 82 países y decenas de otras instituciones multilaterales y privadas.
“El mundo produce alimentos más que suficientes para erradicar el hambre. Colectivamente, no nos faltan los conocimientos ni los recursos para luchar contra la pobreza y derrotar el hambre. Lo que necesitamos es la voluntad política para crear las condiciones que permitan ampliar el acceso a los alimentos. A la luz de esto , lanzamos la Alianza Global contra el Hambre y la Pobreza y acogemos con satisfacción su enfoque innovador para movilizar financiamiento e intercambio de conocimientos para apoyar la implementación de programas a gran escala, basados en evidencia, dirigidos y propios de los países con el objetivo de reducir el hambre. y la pobreza en todo el mundo”, dice la carta.
El G20 está formado por 19 países (Sudáfrica, Alemania, Arabia Saudita, Argentina, Australia, Brasil, Canadá, China, Corea del Sur, Estados Unidos, Francia, India, Indonesia, Italia, Japón, México, Reino Unido, Rusia y Turquía) y dos organismos regionales (Unión Africana y Unión Europea).
La cumbre de líderes en Río de Janeiro pone fin a la presidencia temporal del gobierno brasileño, que cederá el control del grupo a Sudáfrica durante el próximo año. Durante la presidencia brasileña, los temas prioritarios fueron la lucha contra el hambre y la pobreza, la reforma de las instituciones multilaterales y la lucha contra el cambio climático.
Agencia Brasil.-
