Luego de haber consensuado el viaje a España del líder opositor Edmundo González Urrutia, el régimen de Venezuela en su constante ambivalencia, ahora pide por nota a Interpol, la emisión de una alerta roja para detenerle.
La Ministerio Público, dominado por Nicolás Maduro y en manos del fiscal general ultrachavista Tarek William Saab, acusa a González Urrutia entre otros cargos el de “Usurpación de funciones”, al adjudicarse el triunfo en la recientes elecciones de julio pasado, pero según constitucionalistas para efectivizar estas denuncias, la Fiscalía y el gobierno venezolano deberán demostrar sin lugar a dudas que Maduro ganó las elecciones, mostrando las actas electorales, desglosadas mesa por mesa de votación y no ha podido hacerlo hasta la fecha.
Al no lograr probar su triunfo, Maduro entra en desesperación y apela a golpes de efecto que no tendrán consecuencias como el de la alerta roja, confirman analistas.
Edmundo González Urrutia, se ha plantado firme frente a este nuevo ataque y ha respondido a esta nueva medida arbitraria.
“Es evidente que este nuevo y sistemático ataque se debe a nuestro trabajo en el exterior. Estamos llevando el mensaje, sobre el indiscutible triunfo del deseo de cambio de los venezolanos, las violaciones de derechos y las próximas acciones, a todas las instancias decisorias del mundo. La voluntad del pueblo venezolano no solo es reconocida por todos, sino que también será respetada. Nosotros estamos trabajando para que así sea”, escribió el líder opositor en la red social X.
Es evidente que este nuevo y sistemático ataque se debe a nuestro trabajo en el exterior.
Estamos llevando el mensaje, sobre el indiscutible triunfo del deseo de cambio de los venezolanos, las violaciones de derechos y las próximas acciones, a todas las instancias decisorias… pic.twitter.com/bTRYvdSyFf
— Edmundo González (@EdmundoGU) November 7, 2024
Maduro, según expertos, hace los últimos y desesperados intentos para legitimarse antes de llegar al 10 de enero, fecha de inicio de un nuevo periodo de gobierno en Venezuela, donde él sabe que una inmensa mayoría de países no lo reconocerán como presidente legítimo y el aislamiento internacional será masivo.
