La situación de violencia sexual en Haití ha alcanzado niveles críticos, según advirtió la Representante Especial del Secretario General de la ONU sobre la Violencia Sexual en los Conflictos, Pramila Patten. En un comunicado reciente, la funcionaria expresó profunda preocupación por el alarmante aumento de denuncias de violaciones, incluidas violaciones en grupo, desde principios de año.
“Estos crímenes atroces se concentran abrumadoramente en zonas controladas por pandillas, donde el Estado tiene poca o ninguna presencia. En muchos casos, la violencia sexual se utiliza deliberada y sistemáticamente para afirmar el dominio y castigar a las comunidades”, afirmó Patten.
Violencia extrema en hogares y espacios públicos
Las mujeres y niñas son las principales víctimas de esta ola de violencia, que incluye además secuestros, asesinatos y casos cada vez más frecuentes de esclavitud sexual. Las agresiones suelen ocurrir en los hogares de las víctimas o en espacios públicos, lo que pone de manifiesto la falta de seguridad generalizada.
A esto se suma un sistema de salud colapsado por la inseguridad, que impide brindar atención médica y psicológica a las sobrevivientes. “El cierre de instalaciones sanitarias esenciales ha puesto aún más a prueba un sistema ya frágil”, señaló Patten, advirtiendo que la impunidad persistente alimenta estos crímenes.
Miles de personas desplazadas y en riesgo
La crisis humanitaria que acompaña esta espiral de violencia ha provocado el desplazamiento masivo de comunidades, obligando a muchas personas a vivir en refugios temporales, inseguros y sobrepoblados. El tejido social haitiano se encuentra al borde del colapso, con acceso extremadamente limitado a servicios básicos y mecanismos de protección.
Patten hizo un llamado urgente al despliegue completo de la Misión Multinacional de Apoyo a la Seguridad, liderada por Kenia, para reforzar las fuerzas de seguridad haitianas y frenar el tráfico ilícito de armas que alimenta la violencia.
Al mismo tiempo, valoró positivamente la aprobación reciente de un decreto que crea dos unidades judiciales especializadas, una de ellas centrada en los crímenes masivos como la violencia sexual. La reapertura del Tribunal de Primera Instancia de Puerto Príncipe también ha sido vista como un paso hacia el restablecimiento del Estado de derecho.
“Poner fin a la impunidad es un paso fundamental para romper el ciclo de violencia y restaurar la dignidad y la seguridad de las mujeres y niñas de Haití”, subrayó la Representante Especial.
Finalmente, Patten instó al gobierno haitiano a acelerar la implementación de estas unidades judiciales y pidió a la comunidad internacional que refuerce el apoyo financiero y técnico a los esfuerzos nacionales.