López Mena consigue lo que quiere: aprueban proyecto para el puerto de Buquebus

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El Senado de la República Oriental del Uruguay, ha aprobado este martes, la enajenación por parte de Estado de dos predios del dique Mauá, en la rambla del Barrio Sur de Montevideo la cual permitirá realizar un proyecto de inversión de Juan Carlos López Mena, el todopoderoso naviero argentino, propietario de Buquebus.
Según informa el diario El Observador, con la oposición de los partidos Colorado e Independiente, los senadores del Frente Amplio y el Partido Nacional votaron este martes 5 de diciembre que el Estado enajene dos predios del denominado dique Mauá, ubicado en la rambla del Barrio Sur de Montevideo, donde López Mena quiere instalar una terminal fluvio-marítima. Esta sanción de la Cámara de Senadores contó con 21 votos en 24. También el ministro de Transporte, Víctor Rossi, dijo este martes que pensaba en retirar la iniciativa; el mismo día fue aprobada.
Al menos, en el articulado de la resolución, el Partido Nacional logró introducir que para conseguir la financiación para la obra, López Mena no puede respaldarse patrimonialmente en los dos predios a enajenar. Ahora el proyecto aprobado en el Senado deberá volver a Diputados, para ver si estos están de acuerdo con los cambios introducidos por la Cámara Alta.
El senador del Partido Colorado Pedro Bordaberry, había advertido en agosto pasado sobre este proyecto: “Todos sabemos quien va a ser el concesionario, no nos hagamos trampas al Solitario, esto está hecho con nombre y apellido. Esto está hecho para el señor López Mena y la firma Los Cipreses- Buquebus”, aseveró en su discurso en la Cámara de Senadores de Uruguay.
Bordaberry señaló que “está mal” otorgar a López Mena y a Buquebus el monopolio de hecho del transporte fluvial de pasajeros entre el puerto de Montevideo y el de Buenos Aires.
“Porque si tiene las terminales de Montevideo, como tiene la Terminal de Buenos Aires, ¿quién va a poner una línea para competir con el dueño de las terminales? Nadie”, sostuvo.
En esta última instancia, el legislador del Partido Independiente, Iván Posada expuso para “dejar constancia que el Partido Independiente ha votado negativamente este proyecto, que considera inconvenientes, el planteo del mismo y su aprobación”. Además señaló que “vamos a votar negativamente los artículos 1 al 5 en la discusión particular”.
Todo esto ocurre luego del escandaloso caso de la subasta de los aviones la aerolínea estatal Pluna, donde aparece involucrado el dueño de Buquebus y donde el Partido Nacional intervino al presentar una demanda judicial que aún se sustancia en un juzgado.
Según algunos dirigentes del Partido Nacional, López Mena intervino en favor del gobierno del Frente Amplio en las elecciones presidenciales, poniendo sus barcos a disposición para que los votantes uruguayos radicados en Argentina vinieran a votar por Tabaré Vázquez, en el sonado caso denominado el “Voto Buquebus”.
¿Pero hasta dónde son creíbles los mega proyectos de López Mena?. Basta recordar sus intentos que no llegaron a buen puerto, entre los que se cuentan, su etapa en Nueva Zelanda, el fracaso rotundo en Estados Unidos, donde nunca pudo navegar, los conflictos en España, el intento de ser el socio de Aerolíneas Argentinas, el fracaso de la aerolínea BQB y los anuncios rimbombantes de la construcción de un hotel cinco estrellas junto a un puerto de yates en Colonia, que nunca se hizo.
Reseña de algunos proyectos en la historia de López Mena
El siguiente capítulo pertenece al libro López Mena, el zar del Río de la Plata y narra las vicisitudes del naviero argentino cuando se instaló en 1994 en Nueva Zelanda asociado a una empresa denominada Sea Shuttles NZ Ltd.
Una historia de la que hoy nadie habla y que presentamos a nuestros lectores, donde se destaca que los pasajeros se quejaban, además, por el zarandeo incesante de la nave en plena navegación. El estrecho de Cook, por donde se desplazaba el buque Albayzin en sus travesías entre los puertos de Wellington y Picton en Nueva Zelanda, se caracteriza por sus aguas bravías, peligrosas y con fuertes corrientes.
Los viajeros se mareaban, vomitaban y finalmente llegaban a destino en precarias condiciones físicas. Algunos de estos buques rápidos- incluido el Albayzin- recibieron un apodo nada halagüeño en Nueva Zelanda: el “Cometa Vómito”, por el resultado que provocaban en los pasajeros los incesantes zarandeos en las travesías.
La próxima semana: el proyecto de Buquebus para navegar en la Florida (EEUU) que fracasó

Cuando López Mena Se Instaló en Nueva Zelanda by ICN Diario on Scribd