El próximo 6 de septiembre se cumplirán 50 años de la histórica fuga de presos tupamaros de la cárcel de Punta Carretas en Montevideo. Un escape que ocurrió en 1971.
Desde algunos medios de prensa se trata de cambiar la historia reciente de Uruguay, tomando partido por unos guerrilleros de izquierdas, que ni siquiera eran “presos políticos” como pretenden presentarlos.
La gravedad de este intento de tergiversar la realidad de los hechos, es que los jóvenes que no vivieron esos años, crean la falsedad que algunos periodistas militantes pretenden implantar, deformando lo que verdaderamente ocurrió.
El golpe de Estado de los militares en Uruguay aconteció en junio de 1973 y la guerrilla tupamara surgió en los años ’60 intentando derrocar a gobiernos democráticos elegidos libremente en las urnas. Y los sediciosos, en esa década asesinaron a inocentes, robaron y secuestraron a personas, sin un ápice de misericordia.
En esos años pasaron varios gobiernos elegidos en las urnas y si uno de esos partidos gobernantes no gustaba a la mayoría de los uruguayos, se le cambiaba en la siguiente elección, democráticamente, sin necesidad de recurrir a la violencia que los tupamaros utilizaban en todas sus acciones subversivas.
Lo cierto es que cuando llega el golpe de Estado en 1973, los tupamaros ya estaban en la cárcel por sus delitos cometidos en democracia. Nunca lucharon contra la dictadura militar y esto lo admite el propio José ‘Pepe’ Mujica – en esos años líder de los tupamaros- cuando en una entrevista con el diario El País de Montevideo (18 Octubre 2020), responde a las preguntas del periodista de ese medio:
-“El presidente del directorio del PN, Pablo Iturralde, ha dicho que los tupamaros deben unas disculpas al pueblo uruguayo”.
Mujica respondió –“Sí, se las debo. Cuando el pueblo uruguayo nos precisó para pelear en la calle, para enfrentar la dictadura, no estábamos, estábamos en cana (presos). Esa es la disculpa que le doy”.
-“¿Y por los hechos de sangre?”, preguntó el periodista del diario El País y Mujica dio su respuesta:
–“Eso también. Pero como guerrilla debe de haber sido la cosa más civilizada que ha habido en la historia de América Latina, porque acá una vida cuesta mucho”, dijo Mujica, tratando de minimizar los homicidios cometidos por la banda sediciosa.
La versión de un solo lado que alimenta la tergiversación de la historia
Existen una serie de medios de comunicación militantes, interesados en contar la historia a favor de un solo lado y generalmente esos hechos del pasado reciente, son narrados por gente que por edad, no vivió esos años y repiten una y mil veces lo que les contaron, pero lamentamos decirles que muchos testigos directos de esa época si estuvimos en primera línea en nuestra labor periodística y es imprescindible contar lo que se omite deliberadamente.
Hasta antes del golpe de Estado, los tupamaros acosaban al país con robos, homicidios y secuestros y había que enfrentarlos para contener tantos hechos violentos.
Es impresentable que se hable de los muertos de un solo lado y se calle premeditadamente sobre los atroces crímenes de los tupamaros que también asesinaron a inocentes con premeditación y alevosía.
Esta “prensa militante” de hoy habla sólo de los muertos de izquierda y de la represión que es cierto imperaba en esos años; eso es también justo decirlo.
Cuando enumeran los muertos de un lado, “olvidan” dar los nombres de las víctimas inocentes que se cargaron los subversivos en años de gobiernos democráticos. Los siguientes son sólo algunos casos de la barbarie tupamara:
Una reparación con visión sesgada
En 2006, durante el primer gobierno de Tabaré Vázquez, se otorgaron pensiones o jubilaciones a las víctimas del terrorismo de Estado. En 2020, pocos días antes de dejar su último mandato, Vázquez hizo que estas pensiones se trasladaran en un 100% a cónyuges o concubinos, e hijos menores o discapacitados, según explica un artículo del diario El País.
Pero lamentablemente, el expresidente Vázquez, no miró hacía el otro lado, ni él ni los legisladores del Frente Amplio tuvieron en cuenta a las víctimas de la guerrilla tupamara, que asesinó a personas inocentes durante su accionar criminal durante años de gobiernos democráticos, previos a la dictadura militar (27 de junio de 1973 – 1 de marzo de 1985).
¿Es lógico que quienes asesinaron a inocentes hoy reciban una pensión de reparación y las víctimas nada?. Como ejemplo vale citar tan sólo unos pocos casos – entre varios – la ejecución por parte de los tupamaros de Juan Andrés Bentancur, sereno de la fábrica Niboplast, asesinado al dar aviso a la policía de que los terroristas estaban robando en dicha empresa. – 22/06/71.
El homicidio premeditado en plena democracia del peón rural Pascasio Báez ( 21 de diciembre de 1971), quien buscando en un campo un caballo perdido, se encontró de casualidad con un escondite de los tupamaros, que lo detuvieron durante dos meses para luego ejecutarlo con una inyección de pentotal. El ex guerrillero tupamaro Jorge Zabalza, consideró este crimen, “un delito de guerra contra un ciudadano totalmente ajeno a la confrontación que se desarrollaba en el Uruguay”.
Dr. Julio Federico Morato Manara, asesinado por los tupamaros en su domicilio cuando intentaron robarle material quirúrgico. El eminente y reconocido científico se resistió al ataque de los tupamaros y se trabó en lucha con los terroristas quienes le dispararon a quemarropa sin ningún reparo. Murió en el lugar ante su esposa mientras los asesinos se dieron a la fuga – 04/05/72
Vicente Oroza, chofer de la empresa de transporte público Cutcsa, asesinado por un tupamaro – plenamente identificado – en el Cerro de Montevideo, por negarse a atropellar con el ómnibus a un grupo de las fuerzas conjuntas que realizaba un control callejero, también en años de democracia. En el hecho los tupamaros hirieron a un soldado que subió al vehículo y Oroza intentó protegerlo y para ello les abrió la puerta trasera del autobus a los terroristas para que pudieran escapar, pero el tupamaro, que además era su vecino del barrio, asesinó a Oroza con varios balazos. (28 de junio de 1972).
Pero estos son sólo algunos de los casos de víctimas de la guerrilla y de algún partido político de izquierda, que hasta el día de hoy no tienen reparación. La larga lista de asesinatos comienza en las décadas de los años cincuenta y sesenta. (Ver: http://verdaduruguay.orgfree.com/)
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) mira para otro lado
Resulta inexplicable y vergonzosa la actitud de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), que ha demostrado una miopía atroz, al ver en forma sesgada la realidad de Uruguay.
En mayo de 2019, el informativo Subrayado deba cuenta de que “La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) señaló este miércoles que el Estado uruguayo tiene una “deuda” con las víctimas de la dictadura que gobernó el país de 1973 a 1985, luego de una visita de trabajo de tres días a Uruguay”.
La nota agregaba que “Existe una “deuda del Estado en materia de derechos humanos”, a pesar de la adopción de algunas medidas como la creación de una fiscalía especializada en delitos de lesa humanidad, señalaron la presidenta de la CIDH, Esmeralda Arosemena, y la vicepresidenta del organismo, Antonia Urrejola, en rueda de prensa en Montevideo”.
Las dos representantes de la CIDH manifestaron su preocupación por “interpretaciones judiciales que niegan la imprescriptibilidad” de delitos de lesa humanidad cometidos bajo el régimen de facto y sugirieron “ajustar” la legislación local para dar “reparación” a las víctimas.
“Los familiares de las víctimas se están muriendo”, remarcó Urrejola en referencia a los parientes de personas desaparecidas por las fuerzas de seguridad en Uruguay.
Pero vergonzosamente, la CIDH, no habló de las víctimas de la guerrilla; las ignoró. No pidieron reparaciones para los familiares de quienes padecieron el brutal ataque de los subversivos.
Para la CIDH, sólo se mueren los familiares de los desaparecidos. Para esta Comisión Interamericana, las familias de quienes fueron víctimas de los tupamaros, serían inmortales y no valdría la pena preocuparse por ellas.
Toda una vergüenza. Las víctimas de la guerrilla padecieron dos golpes; uno cuando les mataron a sus seres queridos y otro cuando se reconoce con una pensión a quienes los asesinaron, mientras esperan que algún día les llegue una reparación y la CIDH calla y la prensa militante, oculta la realidad de la historia reciente.
No acostumbramos responder a lectores sobre comentarios, pero cuando alguien como este tal “Néstor” que no se identifica y trata de tergiversar la historia con burdas mentiras sobre los tupamaros, es necesario que quienes vivimos esos años respondamos con la verdad y la firmeza ante tanta falsedad premeditada.
Los guerrilleros tupamaros recibieron instrucción militar en Cuba. Decenas de tupamaros exiliados combatieron con los movimientos guerrilleros de Nicaragua, El Salvador, Colombia, Venezuela y Chile.
Los guerrilleros tupamaros tenían poder de fuego: el 31 de julio de 1963, sucede un importante robo de armas y municiones en el Club de Tiro Suizo en Nueva Helvecia, Colonia. El 29 de mayo de 1970 es recordado por el asalto y robo de armas ejecutado por un comando del Movimiento de Liberación Nacional en el Centro de Instrucción de la Marina, entre otros robos a armerias y a colecciones privadas.
En épocas de democracia y antes del golpe de Estado (1973), los tupamaros secuestraron y asesinaron a civiles inocentes. Tenían un aparato de logística que les permitió secuestrar a varios diplomáticos extranjeros y mantenerlos en la llamada “Cárcel del Pueblo”, durante meses.
Eso demuestra que no estaban “Mal armados y sin preparación de combate” como asegura erróneamente, demostrando que las falsedades del lector “Néstor”, tratan de torcer la verdadera historia reciente.
LEA: “Mujica reconoce que los tupamaros nunca combatieron a la dictadura militar en Uruguay” https://www.icndiario.com/2020/10/mujica-reconoce-que-los-tupamaros-nunca-combatieron-a-la-dictadura-militar-en-uruguay/
O sea que la guerrilla estaba desmantelada cuando dieron el golpe.
Entonces la democracia ya no corría peligro.
Estaban todos adentro. Los 100 o 200 porque no eran más.
Mal armados y sin preparación de combate.
Ya veo, TREMENDO peligro,
Una pandilla narco de un barrio tiene mas poder de fuego que estos botijas que “intentaban derrocar” al gobierno.
¿Se puede ser tan manipulador y mentiroso?.
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