El presidente de la República Argentina, don Alberto Fernández, anda un poco desnorteado en cuanto a la historia reciente de Uruguay y como es un hombre que cambia de forma de pensar, según para el lado que sople el viento, como ya lo vimos respecto a las críticas feroces que emitió sobre la hoy vicepresidente de los argentinos y que de un día para el otro convirtió en justificaciones desmedidas, cuando la “jefa”, lo designó al frente de la fórmula presidencial, vale entonces puntualizar algunos errores del mandatario vecino.
Don Fernández puede hacer alianzas con quien se le antoje, pero que no venga a dar lecciones de democracia, justo él que se muestra cercano ideológicamente a tres de las mayores dictaduras de América Latina, las de Venezuela, Nicaragua y Cuba.
Las acciones del argentino, a favor de estos regímenes brutales, son de público conocimiento y sus abstenciones -en instancias internacionales- evitando exigirles que respeten a sus pueblos, no hostiguen ni encarcelen a los ciudadanos por pensar diferente, no hace falta reiterarlos.
Como justificación, Fernández insiste en que no se debe intervenir en los asuntos internos de otros países, aunque él si interfiere en forma descarada.
El jueves 14 de noviembre de 2019, Alberto Fernández, como presidente electo de la Argentina, llegó a Montevideo para hacer campaña a favor de Daniel Martínez, el candidato del izquierdista Frente Amplio a la presidencia de Uruguay. Y lo hizo en forma tan evidente, que se contradice con su prédica de no intervención.
El diario argentino Perfil, señalaba en un artículo al explicar que Fernández “… jugó un importante papel electoral en el almuerzo con la fórmula el Frente Amplio, Daniel Martínez y Graciela Villar, a quienes brindó su decidido apoyo de cara al crucial balotaje que se disputará el domingo 24 de noviembre”.
“La foto de Fernández con los candidatos del oficialismo dieron que hablar en redes y entre las voces políticas uruguayas, con el líder del Frente de Todos elogiando “los logros del Frente Amplio desde que inició su ciclo en el 2005”.
“El Frente Amplio ha logrado tener un Uruguay más equitativo, que además ha hecho que su economía creciera”, dijo el argentino
Pero, si quiso ayudar a sus amigos ideológicos orientales, el tiro le salió por la culata y su fama de “yeta” se acrecentó; el Frente Amplio cayó derrotado ante la coalición liderada por Luis Lacalle Pou.
https://twitter.com/Dmartinez_uy/status/1195084424448290821
Por eso, hoy, al entregarle la condecoración del Collar de la Orden del Libertador San Martín a José “Pepe” Mujica, en el Salón Blanco de la Casa Rosada, se le fue la moto y derrapó en pista mojada.
Al intentar justificar el galardón a su amigo, Fernández volvió a hablar de democracia.
Dijo que Mujica “Es, además, un modelo de conducta, alguien capaz de nunca ceder y siempre ser firme en sus convicciones, y tener una capacidad de diálogo y de escuchar como la política necesita”, resaltó. “Nadie como él puede dar expresión en carne propia de lo que se padece en falta de democracia, y por eso ha sabido hacer una gran democracia de puertas abiertas y de puntos de encuentro”, consideró el presidente argentino.
Entonces, es momento de aclararle a don Fernández que los guerrilleros tupamaros, liderados por Mujica, nunca defendieron la democracia en Uruguay, al contrario, con sus acciones propiciaron el golpe de Estado de los militares el 27 de junio de 1973, con el pretexto de combatirlos.
Los subversivos empezaron su accionar delictivo en Uruguay en los años sesenta, con robos, secuestros y asesinatos con gobiernos democráticos, elegidos libremente en las urnas. No surgieron para combatir a la dictadura, que todos padecimos.
Cuando llega el mencionado golpe de Estado en junio de 1973, la gran mayoría de los tupamaros ya estaban encarcelados en plena democracia por su delitos.
El propio Mujica reconoce que los tupamaros nunca enfrentaron a la dictadura
El deslíz de don Alberto Fernández queda en evidencia por las propias palabras de Mujica.
En una entrevista en el diario El País de Montevideo, José Mujica, reconoció que los guerrilleros tupamaros nunca llegaron a enfrentar a la dictadura militar en Uruguay, porque cuando llegó el golpe de Estado en 1973, ellos ya estaban en la cárcel por sus actos subversivos cometidos en democracia.
Durante mucho tiempo se intentó imponer una versión falsa de que la guerrilla tupamara del Movimiento de Liberación Nacional MLN, que Mujica integraba, había iniciado sus acciones para enfrentar a la dictadura militar que comenzó en 1973, pero ninguna fecha coincide porque los tupamaros comenzaron a actuar en la década de los ’60 con robos, secuestros y homicidios durante gobiernos democráticos elegidos en las urnas.
El combate fue duro y los guerrilleros fueron cayendo y enviados a la cárcel y cuando los militares dieron el golpe de Estado en 1973, la mayoría de los tupamaros ya estaban en prisión. No enfrentaron nunca a la dictadura.
En la entrevista con El País realizada el 18 de octubre de 2020, el periodista le dice a Mujica: -“El presidente del directorio del Partido Nacional (PN), Pablo Iturralde, ha dicho que los tupamaros deben unas disculpas al pueblo uruguayo”.
Mujica respondió –“Sí, se las debo. Cuando el pueblo uruguayo nos precisó para pelear en la calle, para enfrentar la dictadura, no estábamos, estábamos en cana (presos). Esa es la disculpa que le doy”.
-“¿Y por los hechos de sangre?”, preguntó el periodista del diario El País y Mujica dio su respuesta:
–“Eso también. Pero como guerrilla debe de haber sido la cosa más civilizada que ha habido en la historia de América Latina, porque acá una vida cuesta mucho”, dijo Mujica, tratando de minimizar los homicidios cometidos por la banda sediciosa.
Como corolario a la frase que dijo Fernández al entregar el Collar de la Orden del Libertador San Martín a José “Pepe” Mujica- “Es, además, un modelo de conducta, alguien capaz de nunca ceder y siempre ser firme en sus convicciones, y tener una capacidad de diálogo y de escuchar como la política necesita”- conviene recordar lo que el exguerrillero relata en el documental realizado por el cineasta serbio Emir Kusturica y que se estrenó en Netflix.
Allí Mujica recuerda su época en el terrorismo cuando integraba la guerrilla armada del MLN Tupamaros, grupo que cometía, robos a bancos, secuestros y asesinatos en la década de los ’60 cuando en Uruguay se vivía bajo gobiernos democráticos elegidos por el pueblo.
En ese documental, Mujica recuerda su época de ladrón de bancos y el placer que le daba infundir miedo con una pistola 45 en la mano.
“Es la cosa más linda entrar a un banco con una 45 así… Todo el mundo te respeta”, dice Mujica con una sonrisa. Kusturica aparece en la escena asintiendo todo lo que expresa el ex guerrillero.
Sin dudas, “un modelo de conducta” que es, además, “firme en sus convicciones” como dice don Alberto Fernández.
Albertitere, el que Kristina vapulea y tiene arrodillado.
Excelente nota para los que dicen no conocer el pasado reciente. Alberto F. debería callarse la boca.
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