La intendente de Montevideo, Carolina Cosse, salió a comentar el caso de la ministra de Vivienda, Irene Moreira, por la entrega de una vivienda a una militante de Cabildo Abierto.
Pero doña Carolina, justamente usted dice con enojo, “Es una vergüenza, viola el Código de ética pública, es una explicación muy difícil de entender. La ética pública implica servir a la nación y no a una fracción política, lo dice así la ley. Y además es muy injusto para las personas que necesitan un hogar”, aseguró.
Y la intendente, agregó: “Los mecanismos tienen que ser transparentes, asignarle a dedo una vivienda a una persona es muy injusto. Es una situación penosa, que no le hace bien al sistema político ni a la democracia ni a la transparencia”, puntualizó.
Y Cosse tiene razón…
Es injusto utilizar los dineros públicos en forma irresponsable para construir un mega estadio como el Antel Arena, que se dijo iba a costar 40 millones y terminó saliendo cerca de 120 millones de la moneda norteamericana.
Es injusto, que por pagar ese capricho del Antel Arena, los legisladores del Frente Amplio, negaran el presupuesto para acondicionar el Clínicas, el hospital de los pobres.
Es injusto, que con el dinero de los impuestos de los montevideanos, se financie un canal de TV municipal al servicio de un sector político.
Es injusto acomodar con cargos en la comuna capitalina a militantes y adjudicarles altos sueldos por el solo hecho de pertenecer al mismo partido.
Es injusto, pagar una suma importante para hacer un acto político para agasajar a Lula, con plata de los contribuyentes.
Es injusto, pagar miles de dólares a dos cantantes extranjeras, por un show caro que se podía haberse hecho con artistas nacionales, que necesitan trabajar.
Y no hablemos de democracia como dice Cosse: “Es una situación penosa, que no le hace bien al sistema político ni a la democracia ni a la transparencia” y que cuando Cosse dice: “La ética pública implica servir a la nación y no a una fracción política, lo dice así la ley”, ella no lo aplicó, cuando no puso primero los intereses de la nación en el caso de privilegiar a sus “compas” con altos salarios en la IM, más los costos exagerados que pagó el Estado para la construcción del Antel Arena.
No sería injusto, claro; si ella hiciera lo que predica.
