El Plenario Intersindical de Trabajadores – Convención Nacional de Trabajadores, conocido popularmente como PIT-CNT, es la central sindical única de Uruguay, organismo dominado por la izquierda que, curiosamente durante los cuatro años del gobierno anterior de Argentina, guardó silencio mientras Alberto Fernández, Cristina Kirchner y Sergio Massa, dejaban a los trabajadores sumidos en la miseria.
El presidente de la central sindical de Uruguay, Marcelo Abdala, nunca salió en apoyo de la clase trabajadora del país vecino. El Pit-Cnt, estuvo mudo cuando la inflación de tres dígitos agravaba la crisis argentina, ante la pasividad del gobierno kirchnerista. Estuvieron mudos, cuando el índice de pobreza crecía desmesurademante y nada dijeron al final del mandato de Fernández y Kirchner que de acuerdo a datos oficiales, dejaron a un 43% de la población en la pobreza y en la indigencia.
El Pit-Cnt de Uruguay quedó callado cuando en febrero de 2023, la UNICEF emitía su informe oficial sobre Argentina donde denunciaba que dos de cada tres niños o niñas vivían como pobres y privados de los derechos básicas, con el kirchnerismo en el poder.
El Pit-Cnt, estaba mudo cuando todo aumentaba en Argentina y los jubilados apelaban a una dieta forzada porque con sus magras retribuciones mensuales, apenas les deban para comprar un miserable churrasquito. Pero claro, eran los compas kirchneristas en el poder y había que silenciar todo.
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Hoy, los mudos sindicalistas uruguayos recuperaron el habla y apoyan a los compas argentinos, si medir y sin valorar el desastre que el gobierno saliente le dejó a Milei.
Apoyan el paro general del próximo 24 de enero en Argentina y no admiten el estado calamitoso en que sumió al país el kirchnerismo.
Jocosamente, los orientales dicen que la inflación de diciembre de 2023, es del 25% “generando más pobreza e indigencia”. No dicen que Milei asumió el 10 de ese mes y poco y nada podía revertir del nefasto legado recibido. El desastre anterior ni lo mencionan.
Se meten en terreno ajeno sin entender que al nuevo gobierno lo eligió el pueblo en las urnas, un pueblo harto de la corrupción del kirchnerismo.
De democracia, ni hablan y menos de solidarizarse con los más de cuatro millones de nuevos pobres que dejó al irse el gobierno anterior.