Un experto de la ONU, sobre el derecho a la alimentación, Michael Fakhri, instó este miércoles al gobierno de Venezuela a combatir las causas profundas del hambre y la desnutrición, refiriéndose a informes según los cuales casi el 82% de los venezolanos vive en la pobreza y el 53% en la pobreza extrema, con ingresos insuficientes para acceder a una canasta básica de alimentos.
En este sentido, Michael Fakhri hizo un llamamiento a todos los Estados involucrados para que revisen y levanten inmediatamente las sanciones sectoriales impuestas a Venezuela.
El experto expresó su especial preocupación por el grado de hambre y malnutrición que afecta a niños, mujeres, ancianos, estudiantes, personas con discapacidad, afrodescendientes y pueblos indígenas.
“La inseguridad alimentaria, la malnutrición y el deterioro de los medios de subsistencia ya han provocado la emigración masiva del país“, afirmó. “El futuro de Venezuela está en juego”, afirmó.
Derecho a no tener hambre
El experto señaló que Venezuela creó programas sociales hace unos años como respuesta humanitaria temporal a la crisis alimentaria. “Estos programas se han convertido ahora en un sistema de caridad y se han vuelto susceptibles a clientelismo político”, dijo.
“Lo que se necesita, en cambio, es un sistema nacional basado en el derecho a la alimentación y que aborde las causas profundas del problema. El hambre y la desnutrición son una cuestión de derechos humanos”, afirmó.
Así, el relator especial instó al gobierno de Venezuela a desarrollar un plan de acción urgente sobre el derecho a la alimentación, basado en la legislación vigente, a través de un proceso socialmente inclusivo y los mecanismos de participación existentes.
“El derecho a la alimentación significa que toda persona tiene derecho a no tener hambre ni malnutrición”, explicó Michael Fakhri.
El gobierno chavista le impidió acceder a los presos
Según informó el portal Tal Cual, el experto de la ONU comentó también que las autoridades chavistas cambiaron su agenda de forma constante, e incluso cancelaron algunas de las visitas pautadas, como sucedió con un centro de detención preventiva en el estado Anzoátegui. «Me preocupa la alimentación de los presos y detenidos en Venezuela. Los centros de detención no cumplen con los requisitos (…) Son inhumanos, degradantes y pueden constituir tortura».